Secretaría de Cultura: perdiendo el partido sin tocar el balón

Sep 5 • destacamos, principales, Reflexiones • 2375 Views • No hay comentarios en Secretaría de Cultura: perdiendo el partido sin tocar el balón

/

Recién presentado el Segundo Informe de Gobierno, el ramo cultural luce sin visión de juego, sin liderazgos y sin jugadas memorables, sólo algunos calcetinazos

/

POR CARLOS LARA G.

La Secretaría de Cultura no ha podido meter ningún balón desde que comenzó el Apertura 2018, denominado La Cuarta Transformación. Al inicio tuvo buenas jugadas como esa de pelear un mayor presupuesto para el sector, pero todos los balones pegaron en la barrera y los travesaños, hasta convertirse en la única curva que han podido aplanar. Cabe destacar que desde antes del torneo practicaron muy bien jugadas de pizarrón como la de descentralizar los bienes y servicios culturales, pero se le atravesó el dedito presidencial con el proyecto Chapultepec y terminó enviando el balón al centro del terreno de juego. Ha tenido grandes aproximaciones como esa del hallazgo de la voz de Frida Kahalo, de no ser porque saltó un aficionado desde las gradas y desvió el esférico a tiro de esquina.

 

Volvió a tener otro gran pase, esta vez frente a la portería y sin portero, con la presentación de la Estrategia Nacional de Lectura, pero el entrenador anunció el cambio, la envió a la banca y entró de cambio la antojadiza no primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller, con ese imponente apellido alemán, que en el futbol es una gran carta de presentación, y sacó de la chistera El Tratado de Mocorito, arrebatándo así también ese balón.

 

En el Clausura y Apertura 2019 experimentó una despiadada goliza registrando una racha peor que la del Atlas en temporada normal. Perdió siete partidos al hilo. Fue una triste espectadora de todo. La desaparición forzada del programa Pueblos Mágicos, ProMéxico, los fines de semana largos, el Instituto Nacional del Emprendedor, la nefasta absorción del Foprocine, el intento de desaparición forzada del Fidecine, el lamentable recorte de los promotores de lectura del programa Alas y Raíces; la deplorable y vergonzosa reducción presupuestal al Fondo de Cultura Económica (en este partido los abucheos llegaban de América Latina), y qué decir del partido más reciente, el de la cancelación de ferias del libro en su versión digital, porque sus jugadores son todavía analógicos. Un auténtico desastre.

 

Hay que señalar que pese a ello, no se dio por vencida, conocemos de su ahínco como buena guerrerense. Saltó a la cancha a jugar contra la pandemia portando una leyenda en la camiseta que decía “Contigo en la Distancia”. No le fue mal. Era un rival difícil contra el que nunca nos habíamos enfrentado. El problema es que fue en un torneo corto y en formato digital. No sé, era como ver un Necaxa-Atlante narrado por Juan Dosal. Dicho esto, no por la calidad de los jugadores, sino por el medio de transmisión en un momento de mucha, muchísima oferta visual.

 

En términos generales no ha sido un buen torneo para la Secretaría de Cultura. Si tuviera que resumir en términos futboleros su desempeño de cara a las próximas temporadas, diría que es como jugar contra el Barça y tener a Messi dentro del área. No hay mucho que hacer. Y es que las indicaciones del director técnico son las de replegarse lo más posible y correr tras los balonazos de la reducción del presupuesto, el decretazo de austeridad, los recortes laborales, la cancelación de programas, proyectos y fideicomisos, la lentitud en la implementación de acciones, sacando el pecho por ese maltrecho Programa Nacional de Cultura y su escandalosa confusión de estrategias con enunciaciones, propósitos y objetivos.

 

Es de entenderse que no haya asistido al mundial de clubes. Sí, la dejaron fuera del T-MEC, aunque hubo quienes decidieron ir a jugar por la libre, pero más tardaron en bravuconear la muerte del neoliberalismo por decreto, que en votar a favor el tratado sin respingar; echando a la basura sus promesas en materia de cinematografía y ese empalagoso, obtuso y obnubilado discurso de sacar la cultura de los tratados comerciales.

 

Ahora bien, el equipo de la Secretaría de Cultura cuenta con un gran mediocampista ofensivo; el problema es que le pasó lo mismo que a Maradona cuando debutó como director técnico de la selección argentina. Exacto, fracasó. Su nombre, Paco Ignacio Taibo II. Al igual que el 10, solía criticar a los hombres de pantaloncillo largo, a los directivos del balompié por ineptos, capitalistas y corruptos. Claro, al igual que el 10, en la cancha, se había ganado el derecho a decir eso y más. Al igual que el 10, grandes goles lo inmortalizaron, son muy recordados Belascoarán, Pancho Villa y el Che Guevara. Al igual que el 10, había callado a sus más intransigentes críticos y detractores; al igual que el 10 podría llevar un tatuaje en el brazo izquierdo que dijera “La mano de Dios”, alusivo al gol que metió a los ingleses en el mundial de México 86, en el contexto de la pérdida de Las Malvinas; este otro mediocampista podría portar uno similar que dijera “Se las metimos doblada, camarada”, alusiva a la forma en que llegó al FCE. Pero son algunas de sus bravuconadas ante la prensa y esa forma tan personal de jugar sin soltar el balón (caprichosas publicaciones personales acerca de autores exiliados y el gusto personal por los escritores muertos en dictaduras, refugiados, censurados), las que le distraen de su función sustancial. Así las cosas, Taibo es la más fiel imagen de Maradona en Sudáfrica 2010.

 

Siguiendo con la mala racha de Secretaría de Cultura, no podemos obviar la indisciplina en el equipo y esos balones difíciles que le ponen Jesusa Rodríguez, el propio Taibo, la desubicada periodista que preside Notimex y los aplaudidores a sueldo de Canal Once. Así las cosas, la Secretaría de Cultura sólo puede hacer de coro de acompañamiento en ese remedo de estrategia transversal del subsecretario de salud, sumándose al minuto de silencio todos los días a las 12 de la mañana. Es como perder el partido sin tocar el balón.

 

Es así como este entusiasta equipo de gobernantes de izquierda, férreos conocedores, defensores, amantes, protectores y difusores del arte y la cultura del país, vuelve a ser el equipo llanero de La Cultura del Poder. Destinado a hacer parte de la crónica del daño. Sin posibilidad alguna de alcanzar el Gol Averaje, penúltimos en la tabla general, haciendo lo único que les han enseñado su timonel: campaña. Pero no todo es malo en este descenso. El futbol llanero les ofrece la oportunidad de jugar contra equipos con los que se sentirán más encanchados (nunca mejor empleado el término). Por ejemplo, Los trapicheros de Hidalgo, Los tlacoyeros del Bajío, Las bombas de mecate, Los carboneros de Bartlett, Los eloteros de la Ciénega y Los jalapeños de piña miel. De momento, este es su nivel de juego. Visto desde el cuatroteismo, es decir, con harto optimismo, desde ahí podrían por lo menos practicar su gran afición al remedo.

 

 

FOTO: El presidente López Obrador acompañado por el escritor Paco Ignacio Taibo II (al centro) durante la presentación de la Estrategia Nacional de Lectura, el 27 de enero de 2019./ Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL

« »