“Si la información es verdadera no hay exceso”

Sep 19 • Conexiones, destacamos, principales • 7201 Views • No hay comentarios en “Si la información es verdadera no hay exceso”

POR SONIA SIERRA E.

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Entrevista con Fernando Savater

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Lo más novedoso del pensamiento filosófico contemporáneo pasa por las ciencias básicas, por la forma como éstas se han acercado a los campos del humanismo en busca de nuevos aportes desde la ética. Pero al mismo tiempo, muchas de las respuestas fundamentales que el ser humano busca, sobre sus sentimientos y pensamientos, parecen más claras en los versos de un poeta del siglo II o del XVI, que en las palabras de quien está a su lado.

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Sobre estas ideas habló en entrevista el escritor y filósofo español Fernando Savater, quien la semana pasada visitó México para hablar del periodismo actual durante el Encuentro Internacional de Periodismo que marcó el inicio de las actividades conmemorativas por el centenario de EL UNIVERSAL.

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Usted es alguien que ha buscado difundir el pensamiento filosófico en los medios de comunicación, ¿en qué medida los cambios en esos medios lo han llevado a cambiar a usted?

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He cambiado o al menos he ampliado mis hábitos como lector, porque yo antes que nada soy un lector y un usuario de medios de comunicación, entonces hoy leo mucho más en on line de lo que leía antes. Me gusta leer periódicos en papel, en los medios tradicionales, y también me gustan estas nuevas formas de información, de blogs, etcétera. Yo, por ejemplo, antes cuando llegaba a México mi primera obsesión era ¿dónde encuentro El País? Si no, me encontraba fuera de lugar. Hoy llevo mi tablet y si no encuentro el periódico pues lo leo en la tablet. Y como escritor, como colaborador, me he mantenido bastante, por una elección personal, bastante ajeno a esos cambios. Es decir, no tengo Youtube, Twitter, no tengo nada de nada. Sigo teniendo mi espacio en el periódico (El País), escribo ahí, leo los blogs de amigos, pero yo no tengo ninguno. Mi producción ha cambiado poco, en cambio mi forma de leer ha cambiado más.

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El exceso de información, de aparente información, ¿qué riesgos puede conllevar para los lectores?

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Si la información es verdadera no hay exceso. El exceso es que la información viene mezclada con basura informativa o sea que nos viene la información que buscamos y que queremos, y luego una basura que nos distrae de ella, que la oculta, que la tapa, y lo difícil es nadar en esas aguas tan turbias y aprender a navegar. Durante mucho tiempo el problema para los seres humanos era la falta de información. Tú vivías en México, ocurría una batalla en Japón y no te enterabas hasta sino hasta meses después o nunca o cuando venía un viajero o algo así. Hoy te enteras de la batalla en Japón en on line. Hoy tenemos una información mucho mayor que antes, pero esa información ha desbordado los límites de la verdad o de lo apropiado y ha producido una especie de maleza alrededor, de malas yerbas informativas, que a veces ahogan y agobian la información.

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Una de las consecuencias que ha mencionado usted es el insulto que prolifera en las redes ¿qué conlleva esta y otras respuestas de ese tipo en las redes?

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Muchas veces es que los más pendientes y atentos de las redes sociales no son los mejores de los internautas. Muchas veces los primeros que acuden ante un suceso, ante una desgracia, etcétera, son los chacales, las hienas que hay por allí, no las personas más ponderadas que tienen cosas interesantes qué decir o que tienen ofertas de ayuda, sino todo lo contrario. El problema es que esas personas han existido siempre, las personas del insulto y del resentimiento, pero no tenían un medio de comunicación inmediato para hacer llegar su vómito a la gente. Hoy, en cambio, lo tienen. Ese es el problema. No es que exista gente nueva, gente nunca conocida. Existe una gente que sabemos que siempre ha existido, pero que ahora tiene además un instrumento para hacer oír e incluso una especie de obsesión de estar siempre en las redes haciéndose oír, mayor que la de todos los demás.

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Hay un consenso sobre una serie de temas claves en la vida del ser humano como la vida, la muerte, el amor, el sentido de la existencia ¿un tiempo tan cambiante como el actual ha traído nuevas preguntas esenciales? ¿qué cree usted? ¿son las mismas que teníamos?

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Eso se soluciona preguntándote por ejemplo, si lees a un poeta del siglo XVI o a un poeta griego ¿lo entiendes o no lo entiendes? Porque si nosotros lo entendemos y entendemos los problemas que encontramos en la poesía de los siglos pasados, quiere decir que las cosas no han cambiado tanto. No entendemos muchos aspectos, digamos, tecnológicos del pasado. Pero en cambio, los sentimientos, un poeta del siglo XVI describe mejor los sentimientos y pensamientos que tienes que la gente que te rodea hoy, y probablemente si ese poeta del siglo II o del siglo XVI viniera a nuestro tiempo todo le parecería sorprendente, mágico, incomprensible, salvo sentimientos como los celos, como la angustia, como el amor, que esos sí los conoce.

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¿Qué opinión tiene usted del periodismo cultural iberoamericano?

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Creo que aquí hay muy buenos periodistas. Por ejemplo, algunos como Christopher Domínguez Michael, que yo leo constantemente y que sus opiniones las prefiero a otras en cuestiones de tipo cultural, de escritura. Vuelta, en la época de Octavio Paz, tenía un nivel de crítica cultural y de todos los aspectos, verdaderamente notable. No había una revista en España que se le pudiera comparar. Bueno, autores como Borges se dedicaron mucho tiempo a hacer reseñas y crónicas en una revista femenina del hogar… O sea que ha habido autores muy ilustres.

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Hombre, es verdad que muchas veces es pura cuestión de organizar las páginas culturales de un periódico que nunca son las más populares de los periódicos, son populares entre un grupo de lectores que nunca nos las perdemos, pero otros no son tan asiduos. Ahora, por lo que conozco y he oído de la prensa iberoamericana, tienen muy buena representación en las páginas culturales; ya me gustaría a mí que todos los periódicos de España tuvieran lo mismo.

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¿El pensamiento filosófico hoy hacia qué caminos o nuevas líneas de investigación está apuntando?

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Yo creo que quizás hoy no hay figuras como Bertrand Rusell, Jean Paul Sartre, etcétera, como en otras épocas. Hay más bien grupos de investigación. Hay nuevas investigaciones sobre todo acerca de los temas científicos; cuando uno se acerca a la ética, enseguida se encuentra con los neurocientíficos hablando de ética, o sea que verdaderamente las ciencias duras están introduciéndose en los campos humanísticos y están, de alguna manera, aportando visiones a los campos humanísticos. Yo creo que ése es el cambio fundamental. También hay un pensamiento jurídico político que en nuestros países está teniendo mucha importancia, porque claro estamos viendo que fundamentar las nuevas relaciones internacionales, las nuevas constituciones de los países, de entrada exige mucha reflexión. Creo que esos son los campos que quizás son ahora más nuevos.

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¿Qué lugar tiene la poesía hoy?

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La poesía siempre ha sido minoritaria. Lectores de poesía nunca ha habido masas enormes. Entre otras razones porque la poesía no se puede leer en cualquier parte: tú te compras una novela, la puedes ir leyendo en el autobús, en el metro, pero poesía no… hace falta una cierta disposición, un ambiente más adecuado. Todo eso hace que la lectura (de poesía) sea más difícil y más selecta. Creo que la buena poesía nunca tiene muchos lectores.

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¿Usted es lector de poesía?

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Soy lector, no te voy a decir bueno, he leído bastante poesía en mi vida, pero he leído más prosa y más ensayo, la verdad. Me gusta mucho la poesía, pero quizás no sea un lector de poesía tan excelente; en otros campos me considero mejor lector.

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¿Qué lecturas tiene actualmente?

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En el viaje me he venido con la antología personal de Ricardo Piglia, el escritor argentino, que es un autor que me gusta. Una antología que cubre todas las áreas: ensayos, narración, etcétera.

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¿Qué más le interesa de lo que se está leyendo ahora?

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Yo soy muy ecléctico, quizás ya por la vejez lo que me gusta más es releer. Porque los que hemos sido muy lectores hemos leído muchas cosas demasiado pronto, por ejemplo, tú lees Madame Bovary a los 14 años y te enteras de lo que trata la novela, pero no te enteras de lo que hay detrás de esa historia, y cuando vuelves ya con los años a leer Madame Bovary o Ana Karenina o Crimen y Castigo realmente sacas mucho más provecho, entonces ahora estoy releyendo.

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La relectura nos lleva a pensar que es otro libro el que leímos…

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Sin duda. Más aún, yo soy de los que subrayan los libros y entonces, a veces, 15 años después vuelves a leer y preguntas “¿por qué subrayé esto que es la única tontería, lo único que no es interesante en la página?” Eso pasa. ¿Por qué? Porque tú has cambiado. El libro no ha cambiado pero tú sí; entonces hay libros que van cambiando con uno. Yo releo por ejemplo los Ensayos de Montaigne, y me van gustando otras cosas; de repente uno que me había pasado desapercibido descubro que es estupendo. En cambio otros que me interesaban los veo ya un poco más manidos. Eso pasa con todo con todo. Tuve que escribir sobre Flaubert y con ese pretexto volví a leer todo Flaubert y me dejó estupefacto lo bueno que es.

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Una de las grandes experiencias es encontrar el pensamiento filosófico en la literatura…

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Yo lo he buscado siempre ahí. Cuando daba clases, mi asignatura se llamaba Filosofía y Literatura, y lo que procuraba era hablar de la filosofía de los grandes escritores, la filosofía de Cervantes, la filosofía de Borges, la filosofía de Paz, la filosofía de Goethe. Thomas Mann es mucho más filósofo que la mayoría de filósofos que he conocido.

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Europa vive hoy dos clases de inmigración: la de los refugiados y la de cientos de ciudadanos que llegan buscando una oportunidad desde África ¿cómo ve a Europa frente a ambas situaciones?

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Creo que hay casos como el de los refugiados que huyen de una guerra y, mientras no acabe esa guerra, no van a dejar de venir; (es) una guerra en la cual no se puede apoyar, así sin prejuicios, a ninguno de los dos bandos… Yo creo que un sirio se pregunta por elegir entre el aceite hirviendo y el fuego sin más…

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En cambio, los inmigrantes que lo que buscan es bienestar o desarrollo económico, ahí sí que se podría hacer un esfuerzo por ayudar a esos países, decir bueno: “Usted está dispuesto a jugarse la vida viniendo a Europa, juéguesela tratando de mejorar a su país, juéguesela, claro con una ayuda exterior si hace falta, pero derroque usted al tirano, a las instituciones”.

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Una cosa es huir de la guerra y otra cosa es huir de un país mal hecho buscando que en otro te lo den todo ya hecho. “Lucha porque esos derechos y ciudadanía, que han instalados ya otros se instalen en tu propio país, lucha por ello”. Y ahí sí, los países más pudientes tienen que ayudar a que se consiga eso.

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¿Qué libro viene ahora?

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Yo he acabado en este verano el libro que había empezado con mi mujer Sara Torres que murió en el mes de marzo, y estábamos empezando un libro juntos sobre ciudades y países en que han vivido grandes escritores. Ella hacía la parte gráfica, fotos, dibujos, cómics, y yo hacía el texto. Algo que se ha quedado desgraciadamente cojo… Bueno, el libro y, sobre todo, mi vida. Pero en fin. Lo he entregado, probablemente a final de enero o diciembre saldrá el libro.

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¿Cómo se va a llamar?

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Aquí viven Leones.

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¿El más personal de sus libros?

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Bueno, es un libro que yo empecé con enorme alegría y que acabé con mucha tristeza.

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*FOTO: Fernando Savater es considerado uno de los 50 intelectuales más influyentes de Hispanoamérica. Durante el Encuentro Internacional de Periodismo, organizado por EL UNIVERSAL, participó en la sesión titulada “¿Los periódicos han muerto? ¡Viva el periodismo!” /Federico Gama/EL UNIVERSAL.

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