SITAC XIV ¿De qué hablaron cuando hablaron de arte?

Feb 2 • Conexiones, destacamos, principales • 3541 Views • No hay comentarios en SITAC XIV ¿De qué hablaron cuando hablaron de arte?

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Entre el 17 y 19 de enero se realizó el Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo en la Ciudad de México. Destacó el debate entre Luciano Concheiro y Cuauhtémoc Medina. Aquí una relatoría

 

/ POR SANDRA SÁNCHEZ

Del arte se puede decir cualquier cosa. La misma obra puede gustar o ser criticada por una persona o por un gremio. En una época se pueden decir maravillas de una artista y en otra puede pasar desapercibida. Las obras de arte son volubles en su sentido porque demandan siempre un acto hermenéutico, una interpretación sensible e intelectual. Una obra de arte no existe por sí misma, cuando hablamos sobre ella siempre hay una coproducción. El espectador completa la obra porque ésta necesita de su experiencia para acontecer como tal. El arte es una de las actividades humanas que permite tanto la identificación como el desacuerdo y ahí es en donde se vuelve interesante para la esfera pública.

 

 

En la Ciudad de México existe un lugar en donde las personas se reúnen para discutir lo que sucede en el arte contemporáneo, no tanto para producir veredictos como para abrir conversaciones y tendencias temáticas sobre lo que ocurre aquí y en otras latitudes. El encuentro, generalmente anual, lleva por título Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo (SITAC). Lo internacional no es gratuito, la persona que lo dirige se toma muy en serio invitar a teóricos, curadores, artistas e historiadores con argumentos precisos y novedosos. En el SITAC han dado ponencias Boris Groys, Suely Rolnik, Raqs Media Collective, Irit Rogoff, Martha Rosler, Okwui Enwezor, Marcelo Expósito, Doris Salcedo, entre muchos otros, siempre incluyendo a productores locales.

 

 

El director del SITAC cambia cada año y es elegido por los miembros del Patronato de Arte Contemporáneo (PAC), una institución que nace como iniciativa de la sociedad civil para contribuir al desarrollo y reflexión de la producción artística contemporánea. Además del SITAC, el PAC abre una convocatoria anual para apoyar económicamente a artistas y a proyectos.

 

 

De qué hablamos cuando hablamos de arte es el título que convocó a la decimocuarta edición del SITAC. El portugués João Fernandes fungió como director del más reciente encuentro que tuvo lugar del 17 al 19 de enero en el auditorio del Museo Nacional de Antropología. Fernandes es subdirector artístico del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) desde 2102, además ha sido profesor de lingüística en el Instituto Politécnico do Porto y curador independiente.

 

 

Tal vez la cercanía de Fernandes con el lenguaje fue lo que lo llevó a escoger un título tan provocativo. Desde la segunda mitad del siglo pasado el circuito del arte contemporáneo dejó de definir qué es el arte. No hay una sola teoría que pueda dar cuenta de la diversidad de prácticas, medios y aproximaciones culturales. Esto no quiere decir que la escritura de arte haya cesado, lo que ha disminuido es el intento por dar una definición totalizante.

 

 

El simposio inició con la lectura de un texto por parte de Fernandes. Para el curador los discursos críticos del arte se encuentran en crisis, esta situación es resultado de la renuncia ante lo específico que tiene el arte en tanto experiencia y transformación de la vida. La propuesta es problemática e interesante. ¿Existe una experiencia que sólo pueda ser vivida mediante el arte? ¿Usted qué piensa? ¿Ha tenido pensamientos o sensaciones que sólo sucedieron frente a una obra? Fernandes no explicó en qué consiste la experiencia específica del arte, lo que sí hizo fue retomar el concepto de coeficiente del arte de Marcel Duchamp:

 

 

“Duchamp reconocía como la característica más relevante del proceso creativo su no intencionalidad. La superación de una intención entre lo que el artista pretende hacer y lo que resulta de lo que hace [es el] coeficiente del arte que Duchamp expresaba como una relación entre lo no expresado pero pretendido y lo no intencionalmente expresado”.

 

 

La cita de Duchamp abre la posibilidad de considerar a la producción artística y también a su recepción como un acontecimiento que no necesariamente pasa por la completa voluntad de quien crea o percibe. Parece que hay algo más allá de la intencionalidad y de la razón que opera en el campo del arte. Vale la pena adelantar que el Museo Jumex inaugurará el 17 de mayo una muestra dedicada a Duchamp y a Jeff Koons en la cual el curador Massimiliano Gioni abordará conceptos clave en ambos artistas sobre los objetos, las mercancías y la relación del artista con la sociedad.

 

 

La figura del curador también estuvo presente en el discurso de Fernandes. El curador o comisario es quien se encarga de organizar conceptual y espacialmente una exposición. Su rol es fundamental para el momento de exhibición de la obra de arte. Si bien las obras pueden consultarse en un sitio web, en un catálogo o en el estudio del artista, la exposición es el momento en el que se confrontan frente a frente con el público. Es un tema abierto si la experiencia con las obras de arte en los libros o en imágenes en internet es la misma o es diferente de su percepción “en vivo”.

 

 

El papel del curador también es controversial porque tiene el poder de elegir qué artistas son relevantes y qué producciones no lo son. Para el director del SITAC existen dos tipos de modelos curatoriales dominantes, los cuales se deben someter a crítica. Por un lado, encontramos el modelo relacional en el que “se privilegia el contacto y la co-presencia de los participantes en sus procesos, ilustrando una idea curatorial, centrada sobre todo en el momento en el que sus protagonistas están juntos pero indiferente a lo que sucede más allá de este”. Este modelo tiene lugar en la Ciudad de México en algunos espacios independientes o autogestivos y galerías, en donde es común encontrar exposiciones colectivas que agrupan a artistas bajo un pretexto curatorial. Muchas veces las obras son menos interesantes que la constelación que producen juntas o que el tema mismo de la exposición.

 

 

Por otro lado, Fernandes puso sobre la mesa el modelo utilitario: “en este modelo, la información, la transmisión de datos o comentarios críticos, la asunción de los procesos artísticos como ilustración de ideas son contextualizadas por la retórica de una condición emancipatoria, que en realidad poco cambia más allá de sus contextos de presentación”. Este modelo es común en recintos museísticos como el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) o el Museo Jumex, que suelen presentar exposiciones reaccionarias ante problemas actuales. Las muestras vienen acompañadas de producciones textuales que se equiparan en importancia y en presencia con las obras mismas.

 

 

Los modelos descritos por Fernandes no son buenos o malos. Su crítica funciona como un radar que da cuenta de lo que sucede globalmente, al tiempo que abre la invitación para pensar en otras formas de llevar a cabo una exposición.

 

 

El simposio: discurso e instituciones

Una característica interesante de esta edición consistió en las mesas de trabajo que se llevaron a cabo entre los participantes antes de dar sus ponencias. Esta estrategia es de interés para los organizadores de encuentros, congresos y reuniones culturales. El que los ponentes tuvieran contacto antes del evento benefició mucho la conversación, ya que en vez de escuchar al conferencista en su solipsismo surgieron comentarios entre líneas y preguntas directas entre los participantes. Los ponentes tuvieron muy en cuenta el texto de Fernandes y en la mayoría de los casos hubo un posicionamiento claro ante la pregunta ¿de qué hablamos cuando hablamos de arte?

 

 

El jueves 17 tuvo lugar la conferencia magistral de Peter Osborne titulada La ontología histórica del arte. El profesor de filosofía y teórico del arte inglés habló de la temporalidad del arte desde una perspectiva heideggeriana y señaló, entre muchas otras ideas, la importancia de la transdisciplina en el arte, es decir, su aproximación fuera de la legitimidad de un solo marco teórico. Desde esta perspectiva se puede hablar de arte pero no desde una concepción unilateral —ya sea estética, sociológica, económica o de alguna teoría como el feminismo o la ecología. En la transdisciplina la producción artística tiene que analizarse desde diferentes prácticas generando una diversidad de enfoques sobre un mismo fenómeno.

 

 

El SITAC tuvo otra conferencia magistral a cargo de Stephen Wright, escritor y codirector del programa de investigación Document & Contemporary Art de la European School of Visual Art. Los demás ponentes se dividieron en cuatro mesas de discusión tituladas “Filosofía e historia en el discurso contemporáneo de la crítica”, “Museos y anestesia social”, “Los referentes y las referencias: Todo arte es una forma de literatura o una antropología” y “Los referentes y las referencias: ¿Las artes se contaminan?” También hubo un performance a cargo del compositor y artista Manuel Rocha Iturbide y el artista y curador Guillermo Santamarina, en el cual tocaron instrumentos profanos: un catre, una consola y un arco fueron los protagonistas de la pieza sonora.

 

 

No quiero abrumar al lector con una lista detallada de los ponentes y sus filiaciones institucionales (la cual puede consultar en www.pac.org.mx). Más bien, me gustaría señalar puntos de vista, que juzgo de interés local, como el del periodista y crítico literario portugués António Guerreiro, quien puso a discusión la relación entre lo que el artista produce y lo que el teórico dice sobre la obra producida. Muchas veces el espectador tiene contacto primero con el discurso y luego con la obra. “El arte es un metalenguaje. El arte necesita hoy de una función discursiva. Lo que lo constituye y lo legitima son lógicas discursivas”, comentó.

 

 

Otra idea interesante fue la del curador, profesor y crítico de arte paraguayo Ticio Escobar, quien señaló al museo como “el dispositivo a partir del cual una cosa o un hecho puede ser mirado o considerado estéticamente […] Lo que hace el arte es incubar un otro de sí de las cosas”, señaló.   Estas dos citas no hacen justicia de la riqueza y diversidad de opiniones del simposio. Las elegí porque las dos representan constantes en el coloquio: la relación entre el arte y el discurso que media su experiencia con el espectador, así como la relación entre el arte y las instituciones que lo albergan. El PAC comparte en la página de YouTube “Patronato de Arte Contemporáneo / SITAC” los videos de las conferencias para su consulta pública.

 

 

La universidad-fábrica, la universidad-corporación

En la primera mesa del coloquio Filosofía e historia en el discurso contemporáneo de la crítica, el historiador mexicano Luciano Concheiro habló en nombre del Instituto de Investigaciones Independientes, una plataforma colaborativa de investigación a la cual pertenece. En su ponencia criticó el giro neoliberal en la institución universitaria. “¿Qué ha sucedido en la universidad para que se produzca esta desterritorialización del conocimiento? Los rasgos de esta transformación son conocidos: medidas de austeridad y recortes en el gasto público en la educación superior, aumento en las cuotas escolares, privatización de la enseñanza y la investigación, instauración de la competencia como principio nodal del trabajo académico, asimilación de la lógica y valores del mercado en la universidad, precarización de los profesores estudiantes”, señaló.

 

 

Posteriormente, Concheiro citó movimientos de resistencia como la Huelga Estudiantil en la UNAM de 1999 al 2000. También aseveró que “uno de los textos de teoría guerrillera más influyente durante los setenta en México fue un ensayo titulado ‘Acerca del movimiento revolucionario del proletariado estudiantil’, redactado por la Liga comunista 23 de septiembre. En él se argumenta que la universidad funciona como una fábrica en la que se generan mercancías. Nuestra situación está configurada ya no sólo por la universidad-fábrica sino por la universidad-corporación”, dijo.

 

 

En la ronda de preguntas y respuestas el curador en jefe del MUAC Cuauhtémoc Medina cuestionó la legitimidad de la referencia a la Liga comunista por parte de Concheiro, quien contestó que, en tanto texto, podía ser citado.

 

 

Visitamos a Medina en su biblioteca para que nos contara más sobre su posición ante la ponencia de Concheiro, ya que no hubo tiempo para seguir la discusión en el simposio. En entrevista, el curador desplegó a detalle el papel de la Liga 23 de septiembre en la política nacional y sus consecuencias. Habló de la ruptura entre el empresariado y el gobierno tras el secuestro y asesinato de Eugenio Garza Sada, el 17 de septiembre de 1973. También señaló el asesinato por parte de las Fuerzas de Liberación Nacional de dos de sus integrantes, Napoleón Glockner y Nora Rivera, en el año de 1976.

 

 

Para Medina citar a la Liga implica conocer y hacer pública esta historia. La invitación del curador consiste en someter a crítica no sólo los argumentos, también las acciones de la organización político militar para evitar una repetición de los errores del pasado. “No comprendo el rescate de la Liga 23 de septiembre. Me niego a creer que tengamos que ver la repetición acrítica de cuanto modelo erróneo llevó a cabo la izquierda mundial en dos siglos”, señaló.

 

 

El curador añadió que en el marxismo no bastan las ideas y la revisión teórica e histórica de los hechos. Recordó su propia militancia en donde la práctica era fundamental. También señaló la importancia que debería tener la historia para el posicionamiento de la izquierda artística. No le queda claro si las personas que se denominan de izquierda conocen la bibliografía básica sobre los movimientos estudiantiles y de resistencia en el país. “Yo crecí cazando los pocos datos que uno podía hilar sobre una historia que era muy oscura, hoy ya no es oscura en absoluto”, enfatizó.

 

 

Respecto a lo sucedido en el SITAC opinó que, sin duda, hay un debate universitario que debe tener lugar. Sin embargo, no cree que la universidad-fábrica o la universidad-corporación deban ser los ejes de la discusión. A Medina le interesa más bien lo que está ocurriendo en la cuarta transformación, se pregunta cuál debería ser el sistema de toma de decisiones al interior de la universidad en un momento en que la presidencia está empeñada en la expansión del circuito universitario. Apoya el funcionamiento del Consejo Universitario de la UNAM y cree que juega un papel relevante frente a una posible democratización en donde los estudiantes le dirían qué hacer a los profesores. “¿Qué es lo que el circuito universitario tiene?, ¿qué problemas padece?, ¿qué consecuencias tiene su ampliación?”, son preguntas que el curador deja abiertas a debate.

 

 

 

FOTO: Peter Osborne, profesor de filosofía teórico del arte, durante su ponencia en el SITAC. / Cortesía SITAC

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