Apuesta por el teatro íntimo

Feb 15 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 4102 Views • No hay comentarios en Apuesta por el teatro íntimo

 

Sombras en el paraíso, de Alberto Estrella y dirigida por Víctor Carpinteiro, es una pieza de dramatismo intenso que narra la historia de una mujer que ha cumplido cabalmente con el rol asignado tanto en el seno familiar como social

 

POR JUAN HERNÁNDEZ 

Sombras en el paraíso, escrita por Alberto Estrella, dirigida por Víctor Carpinteiro e interpretada por Ángeles Marín, es una apuesta a un teatro alternativo, que busca en el detalle del gesto el detonador del drama. Como todo unipersonal, el peso de la representación recae sobre los hombros, en este caso, de la actriz, quien debe mantener un nivel de energía alto, que le permita controlar el ritmo in crescendo de la emoción.

 

El director de escena crea una atmósfera íntima, que permite penetrar en el abismo oscuro de la condición y el destino del ser humano. Víctor Carpinteiro usa la caja negra a favor de la puesta en discurso del texto dramático y, al mismo tiempo, de una forma de aproximación al hecho escénico, que busca subrayar, en todo momento, la importancia de la eficacia actoral, como sustento de la propuesta artística.

 

Alberto Estrella, reconocido por su trayectoria como actor, escribió este unipersonal con mirada crítica, en relación con la condición de la mujer en una sociedad misógina y machista.

El personaje, Alma, encarnado por Marín, es una enfermera que ha dejado en manos de otros el destino de su existencia. Cumple con sus funciones, como una máquina programada: cuida de los enfermos, sigue al pie de la letra las instrucciones de los médicos en el hospital donde trabaja, limpia la mierda de los pacientes y luego de terminar con sus tareas, llega a casa a cuidar de su madre cuadrapléjica, quien supervive en estado vegetativo.

 

El desarrollo del drama maneja una sutileza que evoluciona progresivamente a estados anímicos arrebatados. El texto de Alberto Estrella estructura una historia que no sólo muestra un paisaje material y espiritual reconocible, también desvela el estado del alma del personaje frente al dilema moral que enfrenta: abandonar a la madre que la adoptó en la infancia y liberar los deseos contenidos, o quedarse y aceptar aquel destino amargo que la asfixia.

 

Bajo la dirección de Víctor Carpinteiro, la actriz trasciende la interpretación oficiosa y en su lugar construye un personaje que expone el espacio de su interioridad más profunda; aquella en la que podemos advertir los deseos reprimidos, la aspiración a la libertad, la necesidad de pertenercerse a sí misma y, por primera vez, tomar las decisiones que afectan su vida.

 

Marín enfrenta con sobrada capacidad el reto de estar sola sobre la escena, sin parafernalia escénica sofisticada en la cual apoyarse. El recurso del que echa mano es su capacidad para mantener la energía y el ritmo en un nivel dramático intenso, así como para darle sentido al personaje y activar la atención de los espectadores.

 

Cabe señalar que Ángeles Marín se ha convertido en una de las actrices cercanas creativamente a Víctor Carpinteiro, quien la ha dirigido también en La danza circular de María, de Medardo Treviño, y Delirio… 3:45 am, de Verónica Musalem.

 

El entendimiento entre director y actriz se revela como una cualidad a favor de la puesta en escena; y también es una característica que se advierte en el desarrollo de una idea de la teatralidad, en donde el espacio escénico es la síntesis del mundo y el lugar en donde la humanidad es convocada en el debate de temas esenciales para la comprensión del destino trágico del ser humano.

 

Sombras en el paraíso no es la representación de una historia ordinaria. La cotidianidad se trasgrede en el momento en que la escena es convertida en una posibilidad de la existencia; es el lugar en donde la verdad es enunciada.

 

El monólogo cumple sobradamente su cometido, toca un tema profundamente humano, con un personaje desgarrado por la vida, visiblemente angustiado y lastimado por el hecho de saber que no se pertenece. Enfermera y cuidadora son dos oficios que determinan el estado del alma del personaje, porque nos hablan de un ser que ha dejado de atender sus necesidades para cubrir las de aquellos que no pueden valerse por sí mismos.

 

El dilema moral queda ahí, para la reflexión. Los espectadores tienen la tarea de buscar la resolución. Esa es la idea de la dirección: activar en el público el sentido de responsabilidad que el teatro exige a una percepción desautomatizada y activa.

 

 

Teatro al momento
Juan Carlos Vives es actor y director de la obra Seis personajes en busca de un actor, una versión contemporánea del texto de Luigi Pirandero, en el que el personaje busca ser una existencia verdadera y tomar el control de su destino. La pieza se escenifica en el Centro Cultural El Hormiguero (Gabriel Mancera 1539, Del Valle), a las 20 horas, hasta el 27 de abril.

 

 

Las preciosas ridículas, comedia de Molière, adaptada y dirigida por Octavio Michel, con las actuaciones de Rodrigo Alonso, Fernando Bueno, Karla Camarillo, Jorge León, Ana Ligia García, Carlos Matus, Óscar Narváez, Carlos Ordóñez, Carlos Orozco, Octavia Popesku, Pablo Ramírez, Astrid Romo y Rodrigo Vázquez, todos del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, cuenta la historia de dos mujeres de la aristocracia que son engañadas por un hombre de la clase baja, que se hace pasar por alguien que no es. El enredo es una crítica de Molière a los prejuicios existentes en la sociedad de su época. La comedia se presenta en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional), sábados y domingos, a las 19 y 18 horas, respectivamente, hasta el 8 de marzo.

 

FOTO: Sombras en el paraíso, escrita por Alberto Estrella, dirigida por Víctor Carpinteiro, actuada por Ángeles Marín; con escenografía e iluminación de Mónica Kubli, vestuario
de Alonso Quijano y producción ejecutiva de Alicia Garzón, se presenta en El centro Cultural El Hormiguero (Gabriel Mancera 1539, Del Valle), domingos a las 18 horas, hasta el 29 de marzo./ Leticia Olvera/Cortesía de la producción

« »