Directivos se quedan en casa; obreros, a las fábricas
/
La industria de piezas para equipo médico, en el que se incluyen los ventiladores mecánicos, en Baja California ha respondido a la contingencia con medidas adicionales para sus empelados, decisiones que no han sido seguidas por el resto de la industria maquiladora, lo que ya provocó tensiones con el gobierno local
/
POR GABRIELA MARTÍNEZ
Tijuana. Un supervisor se presentó con sus trabajadores de línea, fue una noche antes de informales que él se iría a casa. A sus empleados les deseó suerte, les pidió que se cuidaran pero sobre todo, que no se alarmaran, les dijo también que tarde o temprano todos se iban a contagiar de Covid-19, que no era necesario que ellos, los del salario mínimo, dejaran de trabajar.
“De qué sirve que mi papá con diabetes y mi mamá con hipertensión se queden en casa”, dice Ana Laura, una de las trabajadoras de Neo Tech, una empresa de la industria aeroespacial que opera en Tijuana y que, hasta la fecha, se ha negado a frenar su producción, “ellos en casa, sí, pero yo voy todos los días a trabajar con compañeros que ya dieron positivo y los contagios siguen”.
Desde las seis de la mañana del 15 de abril, unos 100 trabajadores de la planta –entre ellos Ana Laura– no checaron entrada.Se negaron a entrar al edificio y, entre todos, pidieron la presencia de alguna autoridad que les garantizara que si están obligados a trabajar lo harán bajo las mejores condiciones, pero si no son esenciales que entonces les permitan regresar con los suyos, para protegerse y protegerlos.
Neo Tech es una empresa estadounidense que produce placas electrónicas. Es proveedora de, como dice en su página oficial, otras industrias como la aeroespacial. También, ellos mismos dicen, trabajan bajo contrato con el sector de dispositivos médicos, para solucionar y mejorar la experiencia de pacientes de países de los cinco continentes.
Esta compañía es sólo una de las 589 empresas de manufactura IMMEX que producen en Tijuana. IMMEX es el programa para el impulso a la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación, creado en noviembre de 2006. Por sí sola concentra alrededor del 10% de este sector en México. La Secretaría del Trabajo considera a esta industria la principal generadora de empleos. En 2019 significó alrededor del 30%.
Y es que esta ciudad norteña se ha convertido justo en el epicentro de la producción y mano de obra que, según INEGI, significa 220 mil 522 espacios laborales, pero también en una de las más mortales por el nuevo virus, con 298 contagios y 42 muertes hasta el viernes 17 de este mes.
Ciudad Industrial es un área enclavada en el noreste del municipio. A menos de un kilómetro de Tecate, en donde las calles destruidas asemejan cráteres en el pavimento que diariamente es transitado por cientos de camiones de carga que viajan en caravana con la mercancía de exportación a Estados Unidos o cualquier otro rincón del país.
Sobre uno de los principales bulevares el Alberto Limón Padilla –antes llamado Industrial– los trabajadores se pasean frente a los edificios de manufactura. Es un corredor de fábricas en donde durante las mañanas se arremolinan, mezclados entre uniformes de diferentes colores, a las puertas de cientos de maquiladoras que lanzan a sus guardias para blindar el ingreso.
Pero es justo este sector el que se ha negado a frenar la producción en plena pandemia de Covid-19, y es donde, como advierte el Secretario de Salud en Baja California, Alonso Pérez Rico, también se han detectado focos de contagio porque en algunas empresas no dieron equipos de protección y en otras simplemente lo desconocen.
“La clase trabajadora ha sido la más golpeada…”, repite el funcionario religiosamente en la trasmisión del reporte diario, “si este virus se sigue replicando; si no protegemos el distanciamiento social; si seguimos yendo a trabajar y los empresarios siguen permitiendo a sus empresas operar siendo no esenciales, no se van a morir porque salen a la calle. Van a fallecer desafortunadamente porque alguien salió, regresó y los infectó”.
Desde la primera semana de abril la Secretaría del Trabajo y Previsión Social endureció las medidas. El 8 de este mes clausuró a una de las primeras empresas de manufactura no esenciales. El motivo: uno de los trabajadores murió por Covid-19, otros 11 resultaron contagiados y hospitalizados. Aun así la compañía se negó a frenar su producción.
Hasta el 14 de abril, la dependencia estatal suspendió actividades en 64 empresas en Tijuana, lo que significó 18 mil 138 empleados de maquiladoras no esenciales que ahora están en sus casas y que deberán de recibir, por lo menos, 30 días de su salario íntegro hasta antes de regresar a sus plantas laborales.
“Quizá no le guste a mucha gente; quizá tenga un efecto adverso pero son medidas necesarias porque nuestro principal objetivo son salvar vidas”, dijo el Secretario General del Gobierno del Estado, Amador Rodríguez Lozano. “Vamos a pedirles que nos ayuden cerrando sus maquiladoras (las no esenciales)”.
Sí, sólo las que no son de importancia
en este momento, porque en el estado operan alrededor de 80 compañías consideradas esenciales porque son parte de la industria de Dispositivos Médicos, cuya producción representa 50% de la producción nacional y un brazo laboral en el estado que alcanza los 65 mil empleados, de acuerdo con el Clúster de Dispositivos Médicos de Baja California.
Ha sido el mismo presidente de Index Tijuana, Luis Manuel Hernández González, quien ha pedido a los directivos de las empresas que no deben funcionar durante la pandemia que frenen operaciones y que por un lado no expongan a sus empleados ni tampoco pongan en riesgo el futuro de sus compañías.
“Somos parte de la solución o somos parte del problema”, dijo durante una reunión entre representantes del sector de manufactura con parte del gabinete del gobierno del estado, el 15 de abril pasado.
Pero mientras los gobiernos locales y los representantes empresariales intentan coordinar la dinámica de trabajo bajo la pandemia de Covid-19, otros como Ana Laura que viven al día con salarios que no rebasan los 2 mil pesos a la semana, procuran esquivar los focos de infección que hay en la vía pública o incluso dentro de sus propios trabajos, para garantizar la comida para sus familias.
“Nos dicen que no hay que alarmarnos” recuerda, “que podemos tomar paracetamol y así, es todo o si no pues nos dicen que nos vayamos a nuestras casas unos 30 días pero son salario y digo yo, entonces qué vamos a comer”.
FOTO: Las palabras claves de la última parte de las palabras de Gatell son “Controversia accesoria”, “Visión de Estado” y “Serenidad”. Segob ya sacó los chacos. Gatell dice “No hagan iris”. El apercibimiento y la conciliación. Las dos manos del Estado./ Cortesía de Luis Álvarez
« La mano de obra invisible que combate al Covid-19 Burocracia y subejercicio, tras el desabasto de ventiladores para covid-19 »