Vida y vocación

Mar 29 • Lecturas, Miradas • 3351 Views • No hay comentarios en Vida y vocación

 

POR JAIME PERALES CONTRERAS

 

En 1952, Jean Clarence Lambert, poeta y traductor, le pidió a Octavio Paz algunos datos biográficos para publicarlos en la edición francesa de El laberinto de la soledad (1950). Paz con desdén aseguró que su biografía era bastante estúpida; como la mayoría de los hombres, era imposible de ser contada. La poesía, por otra parte, la obra, servía para expresar esa parte maravillosa. Su verdadera biografía eran sus poemas. El resto lo describió de manera existencial como la no vida. De esa forma expresó a Lambert que era un hombre privado. Para Paz, no se necesitaban saber los datos de su vida para apreciar su obra personal. Octavio Paz, quizá por esa razón, a diferencia de otros escritores, no tuvo interés en escribir un extenso y detallado libro de memorias.

 

Editado por Julio Hubard, También soy escritura (2014) nos da una aproximación nueva a esa no vida, descrita por el autor de El laberinto de la soledad. Hubard, a través de material previamente publicado por el poeta mexicano, arma un soliloquio autobiográfico. No es precisamente una biografía ni una autobiografía del poeta, sino lo que se diría como un assemblage de pièces détachées. Es un inteligente ensamblado de textos de su poesía, ensayos y entrevistas que Paz publicó a lo largo de su muy fructífera vida.

 

Aunque Hubard no los cita por una razón que se explicará más adelante, hay una nutrida colección de textos extraídos de libros como Xavier Villaurrutia en persona y obra (1978), Hombres en su siglo (1984), Pasión crítica (1985), Itinerario (1993) y el famoso delta de cinco brazos, colección de sus cinco poemas extensos que Paz consideró como capitales para entender su vida y obra: Piedra de sol (1957), Blanco (1966), Pasado en claro (1974) Nocturno de San Ildefonso (1976) y Carta de creencias (1988). También se encuentran fragmentos de los apéndices autobiográficos de su libro Poemas (1935-1988) que colecciona gran parte de su poesía. En fin, es una agradable selección que nos da una interesante imagen del poeta.

 

Respecto del método de selección de textos, la nota de Julio Hubard es muy breve y muestra una gran modestia de su parte para dejar que Octavio Paz converse con el lector sin intermediarios como son los pies de página, fechas y datos excesivos. Hubard, en cierto sentido, sacrifica la precisión por la belleza escritural. Sin embargo, me parece que habría sido interesante y útil que al final del libro se incluyese un apéndice en que se describa el método de composición de la obra o, por lo menos, en que se enumere una lista de los libros consultados en la selección. Esto, sobre todo, para aquellos interesados en profundizar en los textos incluidos en este libro de Octavio Paz-Julio Hubard.

 

El libro, sobre todo, será útil para los jóvenes. En También soy escritura hay una serie de consejos valiosos, no solo sobre literatura, sino en los pormenores de la vida y de cómo esta selecciona a unos pocos para una vocación determinada:

 

Un poeta debe vivir porque la poesía se alimenta de la vida. Pero no basta con vivir vidas interesantes para escribir buenos poemas. Cientos de soldados estuvieron en Lepanto, solo Cervantes escribió Don Quijote, muchos se enamoran, solamente Petrarca escribió unos cuantos sonetos admirables. La poesía es un destino: hay una facultad, quizá innata, que nos lleva a hacer poemas […] Escribí y escribo porque concibo a la literatura como un diálogo con el mundo, con el lector y conmigo mismo —y el diálogo es lo contrario del ruido que nos niega y del silencio que nos ignora. Siempre he pensado que el poeta no es el que habla sino el que oye—.

 

Con También soy escritura, podremos escuchar de manera agradable, a cien años del nacimiento de Octavio Paz, la voz de un poeta que continúa presente entre nosotros a través de esa discreta vocación que es la literatura.

 

*Fotografía: Juan Soriano, Octavio Paz y José Alvarado, ca. 1960/Archivo Gráfico de El Nacional, Fondo Personales, sobre 7709, INEHRM.

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