Voyeurismo fotográfico de los cuartos oscuros

Abr 27 • destacamos, principales • 471 Views • No hay comentarios en Voyeurismo fotográfico de los cuartos oscuros

 

La exposición Genealogías y Disidencias, con imágenes tomadas por Omar Gámez en sus incursiones a lugares de encuentros sexuales, se exhibe hasta este domingo 28 de abril en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo

 

POR ELOY LINARES
Todos se separaron por un instante, era media noche y sonaba el himno nacional en un cuarto oscuro que el fotógrafo Omar Gámez visitaba para la serie The Dark Book, aquella escena siempre le parecía graciosa.

 

En el 2003 un amigo lo llevó a La Casita de Viaducto, que se encuentra en la avenida Presidente Miguel Alemán 72 colonia Algarín, inmueble frecuentado entre hombres para encuentros sexuales.

 

Al ingresar escuchó canciones programadas por una estación de radio, notó que casi nadie hablaba y, mientras observaba a los asistentes que se miraban de manera directa para ir a un sitio apartado, le sorprendió el respeto hacía quienes rechazaban una caricia.

 

“Cuando llegamos me pareció fascinante los códigos que se generaban y lo primero que se me vino a la mente fue fotografiarlo”, dice Omar Gámez.

 

Aunque la oscuridad le permitía pasar desapercibido, necesitó de una película infrarroja para registrar tonos de calor con una cámara Leica que escondía en una cangurera.

 

 

Influencias

 

A Omar Gámez siempre le ha interesado fotografiar aspectos de la vida cotidiana que pasan desapercibidas o que producen aversión.

 

En relación con las imágenes que hizo sobre cuartos oscuros, el objetivo fue retratar una excepción de los espacios comunes que la gente visita para socializar.

 

Para la serie The Dark Book, las fotografías de cafés parisinos con parejas y gente diversa que Gyula Halász, mejor conocido como Brassaï, tomó en los años 30 del siglo anterior, le sirvieron de inspiración.

 

En el aspecto estético, los retratos de cuerpos amorfos del artista visual Antoine d’Agata, quien define su trabajo como “el fin del hastío en el vértigo epidémico del vicio como principio de vida, de conocimiento y de existencia”, fueron su influencia.

 

Laberinto

 

Después de un año y medio de fotografiar cuartos oscuros, Omar Gámez consideró que son necesarios porque la gente quiere “coger” en sitios donde lo pueden hacer de manera anónima y rápida.

 

La Estación, que se ubicaba en la calle de Hamburgo, fue su sitio favorito porque, aparte de asemejarse a un bar, programaban música electrónica.

 

En la entrada había una mesa de billar y una moto iluminada con luces rojas; en el segundo piso se podía pasar momentos de acción en jaulas y tapancos.

 

“El trazo de estos espacios como un laberinto me hizo pensar que debía registrarlos en un video (…) están hechos para que puedas tener rincones apartados, pero también hay salas grandes en donde la gente se puede juntar”, dice el artista visual.

 

 

A pesar de la manera cautelosa de ligar, el acceso a las mujeres está restringido y, para evitar el robo de pertenencias, cuentan con casilleros.

 

A capela

 

En el 2005, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo con la posibilidad de contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), conocida como bareback, comenzó a popularizarse.

 

Ante este contexto, a Omar Gámez le interesó fotografiar a los protagonistas de esta identidad sexual porque la Secretaría de Salud nunca planteó propuestas para evitar riesgos sanitarios.

 

“Yo creo que el bareback fue una forma muy contestaria de decidir por tu propio cuerpo; entonces, muchos jóvenes tomaban la decisión de no usar condón”, dice el artista plástico.

 

En el libro Un amigo para la orgía del fin del mundo (2016), el escritor Wenceslao Bruciaga explicó que, durante una visita a San Francisco en el 2003, conoció a un caza virus de VIH, quien solía asistir a orgías sin condón donde abundaba el alcohol, metanfetaminas, ketamina y poppers.

 

El sujeto expresó que estaba fastidiado de los mensajes dirigidos a homosexuales para tener sexo seguro, campañas que nunca mencionaban a los heterosexuales que tienen relaciones sexuales sin condón.

 

Sobre esta doble moral, expresó que el Estado ofrece programas sociales a adolescentes embarazadas, pero cuando un gay se contagia de VIH la sociedad lo estigmatiza por su preferencia sexual.

 

Libro oscuro

 

En varias ocasiones, Omar Gámez acudió a los cuartos oscuros en compañía del crítico del arte Olivier Debroise, quien se iba a encargar de escribir el texto que acompañan el libro que la editorial RM publicó en el 2009.

 

Las 30 fotografías de la serie The Dark Book que adquirió el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) se exhibirán en la exposición Genealogías y Disidencias hasta este 28 de abril.

 

“Fue muy afortunada, me gustó la forma en que colocaron las fotos porque la luz roja pintó los blancos, pero también dio una atmosfera de cuartos oscuros; además, está un rectángulo que es una mirilla a las obras del otro lado”, dice Omar Gámez.

 

En la actualidad, el artista plástico trabaja en un proyecto que registra la preservación de piezas arqueológicas que habitantes de la Cuenca del Papaloapan heredaron o encontraron.

 

 

 

FOTO: Las 30 fotografías de la serie The Dark Book que adquirió el Museo Universitario Arte Contemporáneo se exhibirán en la exposición Genealogías y Disidencias hasta este 28 de abril. Crédito: Gyula Halász /MUAC

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