Yohuala

Abr 9 • destacamos, Ficciones, principales • 5305 Views • No hay comentarios en Yohuala

POR YELITZA RUIZ

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Diviso a lo lejos un pabellón de uniformados

que marchan en tres filas sobre la explanada,

me siento a contemplar a Yohuala,

el andar de la provincia,

el sur es la llama que alumbra.

No hay otro lugar donde la vida

viaje en un carruaje de buitres.

                        *

El atrio de la iglesia de San Francisco de Asís

se nubla en tiempo de aguas;

disimula el ornamento de los palacios,

las notas del himno, la ausencia del tren.

El arreglo musical flaquea

en cada aniversario a media asta.

Algún día nos contarán la historia de las bayonetas,

el desahucio de la pólvora,

la acústica de un eco que se ahoga,

fermentación de los muertos,

narración de los vencidos.

El presentimiento de lo que será el águila

cuando encuentre un segundo lago.

Un domingo a Modesta encontré
por las calles lucidas de Iguala”

                        *

37 grados se cuelan por el sudor de mi frente.

Me siento Modesta Ayala caminando

alrededor de los 32 tamarindos

en forma de procesión pero sin santos,

busco entre sombras los brazos anchos

de las señoras que jicarean el atole de masa.

Huele a difunto, dice mi abuela.

5

Una bandada de patrullas ronda la ciudad,

el turismo es encabezado por federales y reporteros

que arriban para llevarse las primeras planas.

Fuera de ahí sigue la misma gente

que a diario talachea para restaurar

las calles lucidas.

Pero ya nadie se reconoce

entre tanta pared rayoneada,

panteón ambulante en cada cruz de cal.

Los habitantes quedaron sitiados.

Ya no soy la misma que viste en Iguala.

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                        *

Las nubes de estos días me recuerdan a la casa paterna,

a las hojas que levantan el polvo de aquel patio,

a la sombra del árbol donde mi abuelo aguarda mi regreso.

Recuerdo el aroma de los frutos

que plagan mi lengua con el sabor de la guayaba.

No sé cuánto tiempo pasó,

desde el día en que me fui arrastrando maletas,

sólo sé que no volví a casa.

Hoy he vuelto a las habitaciones de la infancia,

a encontrarme con mi abuelo bajo

la sombra de ese arbusto.

He vuelto a la raíz que germina en su tronco,

a toparme con su abrazo para olvidar el

bullicio de otros hombres,

vaciar las maletas y dejar que el agua me bañe

y alivie el calor de otros veranos.

/

                        *

Yohuala, hondísimo sur,

donde noviembre figura en tumbas de colores

y los difuntos suspenden el ayuno.

¿Llegará a ti la luz que no funda los días?

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*FOTO: Imagen de la iglesia de San Francisco de Asís en Iguala, Guerrero/ Especial.

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