El legado de Anita Brenner
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Anita Brenner: luz de la modernidad, abierta hasta el 23 de febrero en el Munal, hace un recorrido por el legado de esta divulgadora del arte mexicano, con obra de figuras destacadas de la cultura nacional
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POR ADRIANA ORTEGA CALDERÓN
Los concheros que acuden a danzar a la Plaza Manuel Tolsá son un prefacio estrepitoso que quedará silenciado tras ingresar a la primera sala del Munal y detenerse frente al retrato de Anita Brenner realizado por Tina Modotti en 1925. La exposición Anita Brenner: luz de la modernidad es un espléndido acercamiento a la erudición y encantamiento de la antropóloga, editora, periodista y escritora por la historia e identidad artística mexicanas, los cuales quedaron plasmados en las publicaciones de la también crítica y traductora; en las fotografías que fungen como testimonios documentales; en los dibujos, objetos personales y otras piezas que construyen esta antología consagrada al estudio, conocimiento y divulgación de los valores estéticos y patrimoniales del México de principios del siglo XX.
Aproximarse a la vida y obra de Brenner es elemental para evaluar su compleja labor y lo que representa para nuestra memoria cultural. Hija de migrantes judíos letones, Anita nace en Aguascalientes en 1905 donde vivió durante poco más de una década para luego escapar junto a su familia de la Revolución y refugiarse en Texas. Aunque aquella región le otorgó prosperidad a sus padres y a ella una decorosa educación bilingüe, a los 18 años decidió regresar y explorar la Ciudad de México cuyo escenario intelectual la cautivó. Fue ese el principio de su vínculo con personajes del gremio artístico y periodístico, entre los que figuraban Tina Modotti, Sergei Eisenstein, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Edward Weston, Nahui Ollin y Jean Charlot, amén de ser el episodio que instaura el trayecto y tarea de Brenner como embajadora del arte mexicano, primordialmente en Estados Unidos. Mediante una vida académica entre ambos países logró condensar la visión literaria, política, antropológica y artística del “renacimiento mexicano” –como denominara a la eclosión de ideas posrevolucionarias– a fin de promover la identidad cultural y artística nacional.
Anita Brenner: luz de la modernidad es una selección del Acervo Anita Brenner, propiedad de la Colección Fotográfica Ricardo B. Salinas Pliego, uno de los más extensos acervos que existan de la incesante viajera junto al que resguarda el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin. A fin de perfeccionar la trama y el contexto, al relato museográfico se incorporan piezas pertenecientes al Munal.
La exhibición, curada por Karen Cordero y Pablo Ortiz Monasterio, se dispone en cuatro ejes de contenido favoreciendo la narrativa visual de las más de cuatrocientas piezas expuestas. El recorrido comienza con una suerte de homenaje a la figura de Anita en distintas facetas. Su personalidad y talante se perpetúan en retratos, caricaturas y dibujos, casi todos de amigos y artistas. Paisajes, celebridades y monumentos de nuestro patrimonio arquitectónico la acompañan como coprotagonistas o autores; tal es el caso del dibujo de Roberto Reyes Pérez dedicado a su amiga de tan sólo 22 años.
Acaso la segunda sección comprenda los registros fotográficos más estéticos e ilustrativos. Montaje artístico posrevolucionario es un banquete visual y documental para el espectador. Por un lado nos deleita con la propuesta de la óptica moderna vertida en cada imagen a la vez que inmortaliza el contenido narrativo tan atento a las tradiciones, la arquitectura, los personajes, el muralismo, el paisaje y otras escenas que sintetizan a un México en distintas épocas. Encontramos numerosas impresiones en plata de Agustín Jiménez, Tina Modotti y Edward Weston que ilustran los relatos anecdóticos de Idols Behind Altars (Ídolos tras los altares), editado en Nueva York en 1929, ensayo del que se muestran ejemplares.
La tradición pictórica y el patrimonio cultural de nuestro país sirvieron a Anita de instrumento para estimular el interés de los extranjeros de viajar a México. Parte de esta misión la llevó a cabo mediante la revista Mexico/this Month (1955-1972), referente del arte mexicano. En ella cristalizó el pensamiento moderno cultural y social e introdujo al mundo la obra de artistas mexicanos, reconociendo su contribución en corrientes universales como el surrealismo. En el apartado dedicado a la publicación se observa una fracción considerable del material gráfico que Anita y sus colaboradores recopilaron, entre litografías, bocetos, fotografías, cartones, postales con vistas e incluso partituras, de autores como F.A. Peterson, Marilu Pease, Emily Dunham, Yukio Futagawa, Pedro Friedeberg y Leonora Carrington. Gran acierto representan las portadas que se exhiben en sus distintas fases, lo mismo que tomos de la revista. Nuevamente se revela el sincretismo de la apreciación estética universal concentrada en la escena mexicana de la época; por eso y más cuesta trabajo entender la suerte de invisibilidad en la que permanece la plausible trayectoria de Anita Brenner.
A la visión política de la autora se le ha dedicado un capítulo. Como escritora y crítica de arte fue corresponsal de medios impresos extranjeros, entre ellos The New York Times, Brooklyn Daily Eagle, Madmoiselle y The Nation; en algunas publicaciones –de las cuales se exponen ejemplares– difundió un punto de vista vinculado a asuntos que abordó con vehemencia, como ejemplos el de los judíos en México, la izquierda española en época de la Guerra Civil y la Revolución mexicana. Sergei Eisenstein y su inconclusa cinta ¡Que viva México! tienen aquí preponderante presencia.
Es estupenda la selección y cantidad de registros que es posible apreciar en la muestra. La disposición de los archivos ha sido fundamental para efectuar el alucinante viaje. Acaso vale la pena aludir la en ocasiones enredada información contenida en las fichas técnicas, pues además de desorientar al espectador, no es uniforme en criterios de orden.
La exposición concluirá el 23 de febrero. Es importante acudir a esta suerte de diálogo e intercambio entre la vida, obra e inmensurable labor de una mujer visionaria de identidad mixta que aún navega entre los límites y las fronteras que se siguen resistiendo a un muro.
FOTO: Cortesía MUNAL
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