Apropiación indebida de Banxico. “El universo Frida Kahlo”

May 13 • destacamos, principales, Reflexiones • 2409 Views • No hay comentarios en Apropiación indebida de Banxico. “El universo Frida Kahlo”

 

La denuncia sobre cómo el Banco de México copió sin autorización fragmentos de un texto en la reedición del libro El universo Frida Kahlo, además de despojar a la autora del crédito de este proyecto editorial

 

POR HILDA TRUJILLO
En marzo de 2022, en la vitrina de una librería en el sur de la Ciudad de México, observé con sorpresa el libro El universo Frida Kahlo. Me extrañó que el editor de RM Editorial no me hubiese compartido la noticia, pues trabajamos juntos desde inicios de 2019 en la preparación de ese libro. Se trata de una segunda edición revisada y modificada de la primera, que apareció en 2014 con el título Todo el universo Frida Kahlo. El mundo México, editado por Condé Nast-Vogue México y Museo Frida Kahlo, y patrocinado por el Bank of America, con un tiraje de 2 mil 400 ejemplares. Hoy es casi imposible encontrar un ejemplar, aunque probablemente pueda conseguirse en el mercado de libros fuera de circulación, con un costo mayor a 6 mil pesos.

 

Por más de tres años, el editor me insistió en reeditar el libro; sin embargo, los derechos pertenecen a Condé Nast. Finalmente, de acuerdo con documentos que lo acreditan, en 2019 se concedió el permiso para publicar una segunda edición. Fue entonces que decidí preservar varios ensayos de la primera e invitar a otros autores para la segunda, también sustituí algunas imágenes e incluí otras nuevas; en las dos ediciones seleccioné los temas y a los especialistas en las materias; la puesta en página fue del fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio y la selección de imágenes, de ambos. El título del libro de la primera edición (Todo el universo Frida Kahlo. El mundo México) está inspirado en una frase textual de Frida escrita por ella en su “Diario” y, para esta segunda edición, el editor me pidió simplificar el título (El universo Frida Kahlo), lo cual acepté.

 

Para desentrañar la sorpresa de la nueva publicación, le escribí por WhatsApp al editor y le comenté que esperaba que el libro Todo el universo… no hubiera sido publicado sin mi autoría, ya que de lo contrario procedería a demandar. Me respondió que él había hecho lo que el Museo Frida Kahlo le pidió. Le aclaré que la demanda no sería en contra de la editorial sino del Banco de México. Compré el libro y confirmé que, en efecto, eliminaron mi crédito como autora e idea original y, además, descartaron mi texto, relativo a un ensayo que funcionaba como preámbulo al contexto en el que surgió el libro. Cabe aclarar, asimismo, que tengo registrado los derechos de autor ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). En lugar de mi escrito, está publicado un texto firmado por una funcionaria del Banco de México, Jessica Serrano Bandala, directora de Educación Financiera y Fomento Cultural, y en ese texto aparecen unas líneas copiadas de mi escrito sin la correspondiente cita.

 

A continuación se muestran los párrafos correspondientes a mi texto, reproducidos bajo el título de “Original”, e inmediatamente después, en cursivas, los párrafos del texto firmado por Serrano Bandala:

 

1. Original

Diego Rivera llama a su entrañable amigo, el poeta y museógrafo, Carlos Pellicer, para adaptarla y convertirla en Museo en 1958, tal como fue el deseo de Frida. Salvo las cinco primeras salas que fueron adecuadas como áreas de exposición del museo donde se colocaron sus obras artísticas, el resto de la casa, salvo algunos detalles, se conserva íntegro.

 

Plagio

La museografía de la Casa Azul, realizada por el poeta Carlos Pellicer —gran amigo de Frida Kahlo— refleja la vida imparable y sin límites de la artista. Las cinco primeras salas fueron adecuadas como áreas de exposición del museo, ahí sus obras artísticas nos dejan ver su visión y sentir.

 

 

2. Original

En la recámara donde Frida descansaba durante el día permanece la cama con el espejo que su madre le instaló para que se observara en sus periodos de recuperación; y en la recámara de noche se encuentran sus libros y juguetes, su colección de mariposas y la urna prehispánica que contiene sus cenizas. El jardín se preserva adornado con esculturas prehispánicas que Frida y Diego coleccionaron a lo largo de su vida.

 

Plagio

En la recámara donde Frida descansaba durante el día, permanece la cama con el espejo que su madre le instaló para que se observara en sus periodos de recuperación; y en la recámara de noche se encuentran sus libros y juguetes su colección de mariposas y la urna prehispánica que contiene sus cenizas. El jardín se preserva adornado con esculturas prehispánicas que Frida y Diego coleccionaron a lo largo de su vida.

 

 

3. Original

La cocina, las recámaras y el estudio se conservan como Frida los vivió, el comedor decorado con arte tradicional mexicano mantiene los muebles que Frida eligió para compartir momentos con invitados a la casa, mientras que la cocina, igualmente decorada tiene ollas y utensilios originales.

 

Plagio

El comedor, la cocina, las recámaras y el estudio se conservan como Frida los vivió: el comedor, decorado con arte tradicional mexicano, mantiene los muebles que Frida eligió para compartir momentos con invitados a la casa; mientras que la cocina, igualmente decorada, tiene ollas y utensilios originales.

 

En octubre de 2020, siendo aún directora de los museos Frida Kahlo y Anahuacalli, los trabajos de edición y diseño ya habían concluido, el libro estaba listo para ir a la imprenta. Fue cuando en una reunión por Zoom se me notificó, de manera informal, que mi situación laboral como directora de los museos cambiaría; desde ese momento, no volví a saber más de Carlos Phillips ni de los funcionarios del Banco de México, quienes tienen a su cargo los fideicomisos de los museos. (https://www.proceso.com.mx/reportajes/2023/2/16/el-banco-de-mexico-la-salida-de-hilda-trujillo-no-al-sueno-de-rivera-en-el-anahuacalli-302205.html). A partir de ahí sustrajeron mi texto de 16 cuartillas y mis créditos. A partir de ahí sustrajeron mi texto de 16 cuartillas y mis créditos. Aquí publico una parte del texto que no vio la luz al ser extraído:

 

A principios de enero de 2012, mi familia y yo pasábamos una temporada de “transición” —así le llamé— en Nueva York, para recuperarnos de algunas vicisitudes que suelen presentarse, había que sacudirse las cotidianidades laborales. Una mañana me encontré en The New York Times un artículo sobre Rosamond Bernier, legendaria editora de la revista Vogue para Europa, que daba cuenta de su amistad con Joan Miró, Brassaï, Fernand Léger, Georges Braque, Pablo Picasso, Diego Rivera, Frida Kahlo, Aaron Copland, Carlos Chávez, entre otros creadores. Al instante recordé un ejemplar de esa misma revista, de octubre de 1937, atesorado por la propia Frida en su Casa Azul, que en sus páginas incluye un artículo titulado “Señoras de México” y coloca, en el lugar central una fotografía de Frida que al pie inscribe: “Señora Diego Rivera, esposa de un famoso artista mexicano”, ni siquiera daba su nombre, menos su apellido. Ahí Frida viste una blusa estilo mazahua color azul, portando, a manera de falda, un fondo blanco, como el que usan las tehuanas bajo su elegante faldón bordado con flores y líneas geométricas. Al cuello, un collar de piedras prehispánicas talladas, diseñado por ella misma, un rebozo guinda de Santa María, peinada de raya en medio, con dos trenzas entrelazadas con listones de color también guinda, posando junto a un portentoso maguey. Luce muy bella, muy ella.

 

Me pregunté ¿por qué una fotografía de Frida ocupaba el lugar más destacado en este artículo de una de las más importantes y sofisticadas revistas neoyorquinas? Seguramente había llegado ahí por las relaciones que generaba la estancia de Diego Rivera en Nueva York, para entonces considerado un gran maestro, artista de fama en Estados Unidos y México, pero no estaba él, estaba ella. Hasta ese momento –2012– ya se había escrito la famosa biografía de Frida Kahlo de Hyden Herrera, ya se había editado una compilación de escritos de la misma artista realizada por Raquel Tibol; se habían llevado a cabo una vastedad de exposiciones en importantes museos en diversos países, editado gran número de libros sobre su vida y sus obras; proyectado las películas de Paul Leduc y Julie Taymor, producida esta última por Salma Hayek, e incluso habíamos dado a conocer el descubrimiento de los archivos de su casa –en 2003– y realizado investigaciones y publicaciones al respecto.

 

Al regresar a México de aquel viaje, abrí un ejemplar del “Diario” de Frida y encontré una frase, marcada con lápiz color rojo que dice: El Mundo México, Todo el Universo, llamó mucho mi atención porque intuitivamente unos años atrás, sin conocerla, había yo utilizado una frase similar como eslogan del Museo Frida Kahlo: “El universo íntimo de Frida”, que incluí en la narrativa del folleto informativo, en las cédulas y en la audioguía que se distribuía entre los miles de visitantes, que ya para entonces ahí acudían.

 

Repentinamente me di cuenta cuán equivocada estaba pensando que conocía el acervo de los archivos y el museo al dedillo. Pero entonces, ¿por qué no se había logrado explicar la potencialidad de la personalidad de Frida? La respuesta no era: “Quizá no se había logrado abordar todo el mundo íntimo, formativo e intelectual del cual emanaba su potencia, la importancia de lo contenido en el continente de los archivos de la Casa Azul.” La respuesta para mí fue: “No entendí nada, y resultaba más que evidente”.

 

Decidí reiniciar, regresar y revisar los documentos, las fotografías, las obras, los objetos, abrir todos los archivos nuevamente y llamar otra vez a especialistas e investigadores, partir de cero. Volver a ver todo con ojos ya descansados del ajetreo de los primeros años; traer nuevas miradas que apelaran al entendimiento que da la paciencia y los años dedicados al cuidado, al detalle, a mirar con la suerte que me concedía y permitía el tiempo y la vida de seguir estando ahí como directora del Museo por más de diez años. Todo empezaba a cuadrar, un regalo más de la vida, pensé, como lo había sido encontrar los documentos y objetos personales de Frida y Diego en su Casa Azul. Las respuestas estarían ahí mismo, en la propia casa.

 

En esa complejidad de mundos y vidas ocultas en la Casa Azul hubo que destejer y destejer; volver a tejer y nuevamente destejer, y así sucesivamente, para hilar una historia de todo aquello que rodeaba a Frida. Entonces, cómo aspirar a comprender, a explicar a una artista que toca tantas fibras en personas de cualquier parte del mundo, que en algunas despierta admiración, compasión, en otras un franco rechazo, hasta repulsa, pero no pasa desapercibida. Entender a un personaje, a un artífice, tendría que ser a través de sus múltiples intereses y facetas, pero, sobre todo, por las emociones que enmarcaban su cotidianidad… Un reto que sobrepasa capacidades.

 

Releer sus escritos, sus frases que van de lo naif a lo mordaz, las cartas a sus amigos y amantes, tan originales como su obra, llenas de sinceridad, cargadas de emociones, sentimientos, sexualidad abierta, amistad entrañable, amor, ironía, diversión por todo lo que la envolvía, pues siempre fue ella misma, antes que nada; no tenía barreras ni ataduras sociales. Cómo entenderla con relación a quienes le rodearon, como Diego Rivera, Guillermo Kahlo, Alejandro Gómez Arias, Nikolas Murray, Isamu Noguchi, León Trotsky, André Breton, Marcel Duchamp, Kandinsky, Ives Tanguy, Carlos Pellicer, Juan O’gorman, Dolores del Río, Concha Michel, Chavela Villaseñor, Aurora Reyes, Cristina su hermana, entre tantos otros personajes que la vida le acercó. Admirada, querida y amada.

 

Son muchos universos, pues se trata de una artista compleja. Así, intenté, e intento, planear un sistema, un cosmos cuyo eje es Frida y su centro que siempre fue su país, México. Ha sido indispensable, desde luego, entender a la persona y a la creadora, a su naturaleza amplia, a la cultura de la que abrevó la historia y el arte indígena, el prehispánico, el novohispano y el sincretismo, a la nación independiente, sobre todo, de la revolución mexicana y del arte que emergió en la época, el del nacionalismo.

 

La intención fue contemplar el entorno global y nacional que le tocó vivir, sin perder de vista a la persona, a la artista; sus obsesiones, emociones, pasiones, atenciones, gustos, viajes. Estudiar estas fases distintas, tan enriquecedoras para su vida; aunque resulte una tarea ardua, pues para el pensamiento explicar a otro ser humano, por más estudios acuciosos que se tengan, así sea seguir a una persona en su vida minuto a minuto, es casi imposible. La esencia del ser humano es prácticamente inexplicable, pero tratar de entender y argumentar el porqué de la creación de un artista, rebasa todo límite racional…

 

Hilda Trujillo

 

A manera de posdata:
En el mismo octubre de 2022, Miren Arzalluz, directora del Museo Palais Galliera en París, inauguró la exposición y presentó el libro-catálogo: Frida Kahlo Au-delá des apparences (Frida Kahlo más allá de las apariencias), cuyo nombre original fue “Los vestidos de Frida Kahlo”, que, con la curaduría de Circe Henestrosa, coordiné y dirigí desde el Museo Frida Kahlo. Esta muestra ya había sido exhibida en la Casa Azul, en México, y en el Victorian & Albert Museum, en Londres, en donde rompió todos los récords, entre otros museos que la presentaron también. Sin embargo, meses antes, por instrucciones de la misma funcionaria del Banco de México, Jessica Serrano Bandala, Perla Labarte, encargada del Museo Frida Kahlo, llamó a los directivos del Museo Palais Galliera para solicitarles que sacaran mi texto de ese libro y los créditos de la exposición. Desde luego que no lo aceptaron; al contrario, argumentaron que mi participación había sido fundamental como impulsora y promotora tanto de la exposición, como del libro. Así que ellos no excluyeron ni mi texto del libro ni los créditos de la exposición, puesto que en Francia sí se respetan los derechos de autor. En contraste con lo que sí sucedió en México, mi país: el despojo injustificado de mi autoría y créditos.

 

 

FOTO:La portada del libro El universo Frida Kahlo (RM Editorial, 2023) lleva la fotografía que ilustró un artículo de la revista Vogue en 1937Crédito de imagen: Especial

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