El cuerpo estético y político en la danza
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La compañía Péndulo Cero tiene en su repertorio EncarnaCciones, pieza multimedia en la que se subrayan las dimensiones estética y política del cuerpo
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POR JUAN HERNÁNDEZ
Tijuana es una ciudad que goza de un desarrollo cultural y artístico importante. En aquella punta de la península mexicana, frontera con Estados Unidos y emblema del movimiento permanente por las migraciones, existen propuestas novedosas en relación con el arte coreográfico.
Péndulo Cero, dirigida por Carlos A. González y Miroslava Wilson, fundada en 2007, se ha colocado con rapidez en el concierto coreográfico nacional, con una identidad artística unívoca. En sus creaciones resalta la incorporación de elementos multimedia, para dar unidad a la creación de metáforas visuales en movimiento.
EncarnaCciones, creación de Carlos A. González, con la interpretación de Annel Ramírez, Miroslava Wilson, Salvador Corona y Pita Zapot, es una pieza que busca el sentido de las imágenes, la organicidad de los movimientos, la ampliación de la realidad mediante la virtualidad de los videos proyectados en el telón de fondo y la música compuesta para el tránsito libre de la pieza.
El coreógrafo trabaja con cuerpos conscientes de la intensidad transformadora de sus movimientos. Experto en el método Feldenkrais, Carlos A. González orienta a los intérpretes-creadores hacia la esencialidad del movimiento; evita la grandilocuencia, para dar lugar a la potencia de las acciones, que se realizan a partir de impulsos razonados y de la necesidad orgánica.
La estética de la propuesta coreográfica se resuelve en el uso equilibrado de los lenguajes y la creación de una atmósfera onírica. Atmósfera que transcurre impasible, hasta la aparición en escena de dos personajes de la cotidianidad, quienes en una especie de ruptura brechtiana buscan generar el distanciamiento necesario para dar lugar al pensamiento crítico, y así permitir al espectador como a los intérpretes posicionarse frente al punto de vista sobre el mundo expresado en la pieza.
Víctor Isordia está a cargo de la dramaturgia, concentrada en la profundidad de la reflexión en relación con el control de las voluntades, de los gustos y de las necesidades de los individuos. El control ejercido por un poder invisible, que tiene en su inmaterialidad el poder de penetrar en la consciencia de todos los seres humanos. El control y el autocontrol, la paradoja de la existencia del hombre que lucha permanentemente por la libertad de ser.
El discurso de la obra es claro y conciso, al tener el apoyo de la palabra. Palabra que se vuelve movimiento, acción, una curva en la existencia efímera de los bailarines. Los intérpretes entienden la razón de sus movimientos que son, en sí mismos, una figuración del proceso de consciencia de la dominación y, al mismo tiempo, el punto de partida para la liberación y la toma de control de los seres humanos de sus destinos; situación que deja en soledad al opresor omnipresente.
En 13 años de existencia, Péndulo Cero, de Tijuana, Baja California, se ha convertido en una compañía reconocible por la producción de obras con sentido político y social. Abordaje que concreta en la escena, con proposiciones estéticas apartadas de las fórmulas reconocibles en la danza contemporánea.
A los creadores de Péndulo Cero les queda claro que el lenguaje nace de las necesidades de cada obra, para que éstas puedan expresar con claridad el discurso. Para lograrlo, la compañía experimenta, hace trabajo de laboratorio, busca que los intérpretes se comprometan creativamente y, sobre todo, mantiene fija su atención en el poder transformador del arte.
Los cuerpos que participan en EncarnaCciones luchan por el control, se someten unos a otros, buscan soltar sus amarres para volar sin peso, con la necesaria presencia-existencia en el instante, suficiente para ser y tomar un lugar en el mundo.
Es un cuerpo estético y un cuerpo político el que es sede de la batalla libertaria que toma lugar en la creación coreográfica. Batalla figurada en la lucha caótica de los personajes por la posesión del micrófono, para que su voz sea escuchada; o en las secuencias de movimiento en las que, atados, los intérpretes buscan desamarrarse para emanciparse del control que los mantiene unidos.
En escena toman sentido todos los elementos que participan en la composición de la obra artística: la música original de Joaquín López Chaz y Axel Tamayo, minimalista como los movimientos de los bailarines; el vestuario ocre, para el efecto de desnudez de los cuerpos o los trajes colorido para aterrizar a los personajes en el universo de lo cotidiano; y la fuerza de la imagen que se enriquece con la proyección en el telón de fondo de la pintura La expulsión de los mercaderes del templo (1609), de El Greco, cuyo estilo manierista (expresado en el alargamiento de las figuras, con pinceladas al vuelo), es llevada al límite mediante los efectos del video, hasta su disolución total.
Es de resaltar la propuesta de movimiento que Carlos A. González elabora para la creación de EncarnaCciones. Con base en el método Feldenkrais, busca la esencia de las acciones de los cuerpos, denota el imperceptible movimiento de los órganos internos, que se traslucen en leves pulsaciones en los músculos, tan mínimos que solo pueden ser advertidos por una percepción cercana y atenta.
El movimiento se vuelve sutil pero significativo, mínimo y al mismo tiempo poderoso y, en este caso, no se limita a una sola técnica, usa todas aquellas que le son necesarias, en observancia de la ruptura de las fronteras entre una y otra forma de abordar la dinámica, con la intención única de enriquecer las posibilidades expresivas de los cuerpos.
EncarnaCciones es una obra a la que el espectador puede acceder de manera libre, desde casa, a través del canal de YouTube de Péndulo Cero, una compañía joven, que goza ya de una producción significativa y una trayectoria cuesta arriba.
FOTO: Encarnacciones se puede ver en el canal de Péndulo Cero: https://bit.ly/3m3Dgyi /Mosiah Ornelas/Péndulo Cero
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