El lago de los cisnes reloaded

Jun 6 • Escenarios, Miradas • 4417 Views • No hay comentarios en El lago de los cisnes reloaded

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La versión del coreógrafo inglés Matthew Christopher Bourne le dio una nueva vigencia a esta obra clásica de ballet, una apuesta que está disponible en la red

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POR JUAN HERNÁNDEZ

El repertorio tradicional del ballet es, con frecuencia, intocable. El resguardo de la versión original es prácticamente un mandato, entre quienes asumen una posición conservadora, sin embargo existen creadores que pugnan por hacer nuevas lecturas. El lago de los cisnes, en la versión libre del coreógrafo inglés Matthew Christopher Bourne, está entre las piezas que desafían el dogma, para impulsar proposiciones de riesgo en relación con el ballet romántico del siglo XIX.

 

Bourne, nacido en 1960, creó una versión libre de El lago de los cisnes. El artista trastocó el libreto original –escrito por Vladímir Petróvich Béguichev y Vasily Geltzer, por encargo del Teatro Bolshói, y estrenada en 1877, con música de Piotr Illich Chaikovsk–, así como la estética del ballet, para dar un giro a la forma de la representación de este cuento decimonónico y presentarlo como una historia más cercana a nuestro tiempo.

 

En esta versión de El lago de los cisnes, se conserva la música original de Chaikovski, así como la aparición de los cisnes, que en esta pieza son interpretados por hombres; hecho que ha causado polémica.

Ve El lago de los cisnes

Si bien la lectura más fácil sería la de encasillarla como una obra “gay”, esta posición dejaría pasar la oportunidad de analizar la obra con mayor profundidad. La historia contada por Bourne es la de un “Príncipe” que desde niño vive el abandono y la indiferencia de su madre la “Reina” (interpretada por Nina Goldman), a quien le resulta incómoda la intimidad de su hijo.

 

El “Príncipe” (interpretado por Dominic North) es un personaje trágico, toda vez que su vida se circunscribe a cumplir con las obligaciones de su investudura y carece de afectos reales hasta que, finalmente, su destino se cumple.
En la búsqueda del amor, en los sueños del “Príncipe” aparece la imagen de un “Cisne” (encarnado por Richard Winsor), un personaje apasionado, fuerte y hasta violento, que también es capaz de experimentar sentimientos nobles.

 

En esta versión Bourne decide conservar a los personajes de los cisnes, interpretados por hombres, con el torso desnudo y vistiendo pantalones emplumados a la rodilla. Los puristas han observado esta propuesta coreográfica con desdén. El ballet revisitado, no obstante, se fortaleció con la polémica provocada por las libertades que se permitió el coreógrafo tanto en el cambio de la historia, como en el estilo e incluso las técnicas, toda vez que hay una parte, cuando el Príncipe va a un bar (estilo setentero), en la que el movimiento se desarrolla como expresión del jazz y a la danza contemporánea.

 

El lago de los cisnes, de Bourne, estrenada con la compañía New Adventures, en el Teatro de Sadler´s Wells, en Londres, en 1995, se ha mantenido vigente, con enorme éxito entre el público no ortodoxo, en giras por Estados Unidos, Australia, Japón y países europeos.

 

En el 2012, la obra fue filmada, con la dirección de Ross MacGibbon. Esta versión se puede ver en línea. Hasta el momento cuenta con un millón y medio de reproducciones y los “me gusta” han superado por mucho a los “no me gusta”, de acuerdo con las mediciones digitales.

 

Cabe señalar que la obra no es una versión masculina de El lago de los cisnes y tampoco es, de ningún modo, parecida la estética de Les Ballets Trockadero de Monte Carlo, en donde los hombres se visten con el atuendo femenino de las obras. En la creación de Bourne, el reparto es mixto.

 

El cambio radical ocurre cuando los cisnes son interpretados por varones, así como en la transformación del carácter de estos personajes, presentados como seres violentos y crueles, a diferencia de la interpretación tradicional hecha por mujeres, en la que estos seres son etéreos y salidos de un cuento de hadas.

 

Otro cambio importante es que en lugar de un “Cisne negro”, en la versión de Bourne se propone la presencia de un “Extraño”, un hombre con vestimenta de cuero, que llega a uno de los bailes de la realeza y seduce prácticamente a todas las mujeres, incluyendo a la “Reina”, mientras el “Príncipe” lo observa receloso.

 

Cabe señalar que la versión de Bourne de El lago de los cisnes es la que aparece en el final de la película “Billy Elliot”, estrenada en México en el 2001, dirigida por Stephen Daldry. Los cisnes que entran y salen de escena en la aclamada cinta, son los bailarines interpretando la versión del coreógrafo inglés. El “Cisne” que se prepara en la entrepierna, desnudo del torso y con el pantalón emplumado a la rodilla, y remata con un enorme salto, fue interpretado por el bailarín Adam Cooper, quien trabajaba en ese momento en la agrupación de Matthew Bourne.

 

A Bourne no le preocupa la polémica, la asume en su propuesta de El lago de los cisnes, tratada como una tragedia, pues en la muerte el “Príncipe” halla la libertad y realiza su destino. Sin embargo, no dejan de existir elementos estilísticos románticos, pues finalmente el “Cisne” toma en sus brazos el espíritu del “Príncipe”, para conducirlo en el tránsito a territorio mítico.

 

El lago de los cisnes, versión libre de Matthew Bourne, con las participaciones estelares de Richard Winsor (Cisne y Extraño), Dominic North (Príncipe), Nina Goldman (la Reina), Steve Kirkham (Secretario), Madelaine Brennan (Novia) y Joseph Vaughan (Príncipe niño), es una opción para disfrutar en casa durante la emergencia sanitaria.

 

FOTO: Esta coreografía aparece al final de la cinta Billy Elliot (2000), dirigida por Stephen Daldry./ Especial

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