Locabulario: lenguaje y opresión desde la mirada jota

Jun 24 • destacamos, Lecturas, Miradas, principales • 1491 Views • No hay comentarios en Locabulario: lenguaje y opresión desde la mirada jota

 

A través de una serie de ensayos, se analiza el habla en el espacio público en torno a la homosexualidad

 

POR ANTONIO MEDINA TREJO
Las palabras definen, describen, denominan, señalan y nombran. Son el vehículo del lenguaje que permite comprender actitudes, sentimientos y formas de ser o actuar de las personas en la sociedad.

 

Las palabras pueden describir características de alguien, aunque también enjuiciarle, estigmatizarle u ofendenderle. Pueden ser factor de unión o desunión social entre diferentes. Pueden facilitar o dificultar la comunicación. Las palabras pueden dignificar a un grupo de personas, o al revés: puede detonar el odio y la opresión.

 

En fin, el lenguaje tiene laberintos cognitivos que deambulan en los imaginarios sociales donde se esconden deseos, alegrías o anhelos, pero también entrañan miedos, rencores o frustraciones humanas. De ahí la gran importancia de resignificar las palabras que provocan odio o estigmatización en contra de los diversos grupos que conforman el mosaico pluridiverso de la sociedad contemporánea.

 

Valgan estas reflexiones para hablar del libro Locabulario, lenguaje y opresión, escrito por prolíficos periodistas, académicos y activistas gays de largas trayectorias, donde analizan de manera desenfadada lo que se dice, cómo se dice y porqué se dice en los diferentes espacios sociales sobre los homosexuales, las lesbianas, las personas travestis, transgénero, transexuales y bisexuales.

 

En este libro, editado por la organización civil Colectivo Sol, bajo la coordinación del activista Juan Jacobo Hernández, destaca la lucha cultural que se ha sorteado desde la semántica de lo elegebeté, que ha repercutido en los lenguajes cotidianos y en discursos de odio pronunciados en ámbitos del poder religioso, en espacios políticos, culturales, deportivos, laborales, o desde voces ultraconservadoras y antiderechos del México en el que nos tocó nacer.

 

Sí, Locabulario habla de las palabras que nos han dotado de estigmas y opresión a las personas de la diversidad sexual. Habla de la vida cotidiana de un país donde ser “puto”, “maricón”, “lencha” o “tortillera” puede ir, por un lado, de la carcajada incriminatoria, la carrilla al mariconsito en el salón de clases, la rechifla al joto en una esquina; pero también puede ser motivo de titulares a ocho columnas donde se “informa” sobre el “puñal apuñalado”, los “mujercitos asesinados”, o donde el “crimen pasional entre “lilos” es el móvil de un “joticicidio”.

 

De la asimilación de esas palabras y sus significados está preñado el imaginario colectivo mexicano, que ha generado la curiosidad morbosa de las personas frente a los kioscos de periódicos en pequeñas y grandes ciudades del México macho, homofóbico y transfóbico.

 

Locabulario, lenguaje y opresión es un vaso comunicante de quienes reflexionan en primera persona sobre la vida cotidiana de su comunidad. Indagan la realidad del gay convencional, de la lesbiana machorra o fem, sin dejar de lado a las intrépidas trans, a quienes se les va la vida todas las noches en el México bravo, transfóbico y criminal.

 

Este ramillete de inteligencias analíticas y visionarias, conjugan sus plumas en Locabulario para develar el México LGBT-fóbico. Hacen una revisión desde el lenguaje sobre el país que desprecia a los personajes de risa, abyectos e inmorales que han sido representados chistosamente en los grabados de Posada, en las películas de rumberas de los años 50, o quienes plagaron las páginas de los periódicos de nota roja de todo el siglo pasado, generando con ello una herencia cultural discriminatoria que resulta difícil de erradicar en el hipercomunicado siglo XXI.

 

En este libro, elaborado en la parte gráfica por estudiantes de la UAM Iztapalapa y Xochimilco, se da rienda suelta al análisis de los lenguajes sobre las disidencias sexuales, en donde Antonio Marquet, académico de la UAM; el periodista Antonio Bertrán, autor de la columna “Nosotros los Jotos”; el crítico literario, Ernesto Reséndiz; el activista y prolífico académico, Xabier Lizárraga; los investigadores Diego Villalobos y Jaime Cobián, además de Rafael Manrique, activista de la vieja guardia, junto al decano del movimiento de la diversidad sexual, Juan Jacobo Hernández, nos ofrecen una lectura apasionante de cómo el lenguaje y las palabras han sido determinantes para la comprensión de las disidencias sexuales y su variopinta sopa de letras, cada vez más compleja, más diversa y resinificada en lo cultural y en los lenguajes de la vida cotidiana.

 

Es preciso decir que Locabulario no cede a la corrección política ni a la autocomplacencia. Sus autores se regodean en el análisis. Son agudos en la reflexión de un tema harto importante para el entendimiento de eso que se conoce como “comunidad LGBT+”, y nos dan cátedra de cómo la sociedad ha concebido la diferencia de quienes salen de la norma y que coexisten, a pesar de los estigmas, odios y sinsabores, con sus diferencias en los microespacios de convivencia social; cada vez más visibles, cada vez más normales.

 

 

 

FOTO: Una pieza de la muestra “Lo personal es político”, en la Galería José María Velasco. Crédito de imagen: Mar Coyol /Galería José María Velasco

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