“Los caricaturistas ponemos el dedo en la llaga”

Nov 13 • Conexiones, destacamos, principales • 3009 Views • No hay comentarios en “Los caricaturistas ponemos el dedo en la llaga”

La última entrevista con Rogelio Naranjo

Redacción 

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“Nunca he permitido que me digan los temas de mis cartones”, dijo Rogelio Naranjo el 23 de agosto de 2016. En el trayecto hacia Canal 22, en los Estudios Churubusco, en donde el monero fue el invitado especial en uno de los programas de Confabulario TV, recordó sus proyectos al lado de Rius, Helioflores, entre otros, para crear la revista La Garrapata, a finales de 1968. Contó que la dirección de esta revista era rotativa y los cartonistas se turnaban en la coordinación y la redacción de las editoriales. “Hubo presiones. A Rius lo secuestraron y simularon su fusilamiento. Le dijeron que le bajara a sus cartones. Era una época difícil”.

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Esa tarde, Naranjo ofreció su última entrevista. Ese programa de Confabulario TV estuvo dedicado a explorar el universo de la caricatura, la historieta y la animación. El invitado especial fue este monero, quien lo primero que hizo al llegar al estudio fue pedir un refresco de cola, escuchar a los reporteros Janet Mérida y Vicente Alfonso, encargados de la entrevista, para después compartir sus opiniones sobre la libertad de expresión desde su trinchera de toda la vida: el cartón político. / Ya frente a las cámaras, Naranjo aprovechó las preguntas para reflexionar acerca de sus ideas sobre el humor gráfico y los alcances de la libertad de opinión y la reacción de los personajes públicos al humor gráfico. “Le tienen más miedo a los cartones políticos porque justamente son señalamientos de situaciones y de injusticias”.

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En el tema del cartón político hay un tema clave que es la palabra humor, pero el humor normalmente es mal entendido. Juan Villoro dice que “el humor debe hacer pensar y a veces hasta hacer reír”. ¿Cómo interpreta esta frase?

El humor tiene esas dos finalidades: hacer pensar y hacer crítica. A veces es lo que no les gusta en los periódicos, que a veces se nos va la mano en la crítica, aunque no soy de los más punzantes en la crítica. Con mis dibujos quisiera solamente hacer alunas reflexiones y compartirlas con mucha gente que también de alguna manera ha sido víctima. En muchas ocasiones estamos diciendo una verdad, aunque de repente alguien se siente ofendido porque fue señalado por el caricaturista.

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¿Cuál es el destino de tus cartones que no alcanzan a ser publicados?

Los cartones que molestaban a alguien aludido o si se me pasaba la mano, los cartones simplemente desaparecían, no se publicaban. Como caricaturista uno aprende también a sacar la vuelta para no permitir que se haga ese tipo de censura.

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José Saramago tiene una frase que dice: “Soy pesimista porque la realidad es pésima”. ¿Cómo juega esta realidad atroz que vivimos en México para alguien que se dedica a expresar este tipo de complejidades a través del dibujo? Terminamos siempre todos por ser pesimistas y descubriendo que el mundo no es muy agradable. Los caricaturistas nos encargamos de señalar, de poner el dedo en la llaga y de mostrar las cosas que no son muy favorecidas por otros periodistas. Nosotros trabajamos la idea, la imagen. Quien capta la intención del caricaturista es el que lo goza, pero si no va contra él; si va contra él, entonces procura esconder las cosas. Eso pasa ahora y seguirá pasando después.

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¿No siente dentro de un juego de poder en el que depende de la aprobación de una empresa para publicar lo que quiere?

Ahora no. Ha cambiado la situación para mí. A veces encuentro a jóvenes caricaturistas que empiezan a tener sus espacios donde hacen su crítica y se quejan de que no les publican los dibujos. A mí no, por fortuna, casi todos mis dibujos se publican.

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¿Cuáles son los temas más delicados?

Hay cosas que sabemos que no debemos tocar. Por ejemplo, la Virgen de Guadalupe. No se puede hacer bromas de eso. Del ejército no se pueden hacer bromas, contra las figuras importantes del ejército y antes también al presidente de la República. Eso se ha ido desvaneciendo, ya no es tan así. Todo esto para mí ha cambiado mucho. Quisiera yo que fuera general, pero hay muchos caricaturistas, sobre todo de provincia, en algunos estados, donde sí les prohíben totalmente.

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 Imagen:  Tomada del libro Rogelio Naranjo, vivir en la raya.  

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