Los mercados del arte post pandemia: Entrevista con la curadora Magalí Arriola

Ene 7 • Conexiones, destacamos, principales • 1221 Views • No hay comentarios en Los mercados del arte post pandemia: Entrevista con la curadora Magalí Arriola

 

En el transcurso de la 20 edición del Miami Art Basel, la curadora habló de la presencia mexicana en
los circuitos artísticos y de las propuestas contemporáneas que desafían las brechas del tiempo

 

POR BERENICE GONZÁLEZ DURAND
Miami cambió de imagen a través del arte. La columna vertebral de esta transición es Art Basel, una de las ferias de arte contemporáneo más importantes del mundo, que acaba de cumplir dos décadas de vida, y donde anualmente se dan cita coleccionistas, artistas visuales, curiosos, galeristas, curadores y una variedad de personajes que han encontrado un lenguaje en común para subrayar lo añorado y reencontrarse en un momento histórico donde el mundo parece despertar de nuevo.

 

Magalí Arriola (Ciudad de México, 1970) tiene una larga trayectoria en la curaduría y en la crítica de arte. La actual directora del Museo Tamayo fue curadora de la Fundación Jumex Arte Contemporáneo (2011-2014) y recientemente curó el proyecto Actos de dios del artista Pablo Vargas Lugo, que se presentó en el Pabellón de México en la 58ª Muestra Internacional de Arte Bienal de Venecia. Desde el 2019 ha estado a cargo de la curaduría de la sección Meridians en Art Basel Miami. Precisamente en este contexto, Arriola habló de la figura del curador, del papel de México en los mercados del arte y de las propuestas de arte contemporáneo donde un formato monumental va más allá de la escala para convertirse en piezas capaces de desafiar las ventanas del tiempo.

 

¿Cómo ha cambiado la labor del curador? ¿Cómo la ha vivido desde sus inicios hasta ahora?
Yo inicié a principios de los años 90 y, definitivamente, en la época cuando empecé esta labor, los museos eran diferentes. Lo que pasaba en este tipo de instituciones en México es que no eran especialmente receptivas al arte contemporáneo. Hablo del contexto mexicano, en el que la situación cambia de lugar a lugar, pero creo que al final en todo el país la figura del curador ha logrado evolucionar sólo para bien y esto es trabajo de mucha gente y de muchas generaciones. El haber podido profesionalizar el gremio y paralelamente profesionalizar la actividad de los museos fue uno de los cambios más importantes para que pudiera entrar a estos circuitos toda una generación de curadores que ha sido muy importante en el desarrollo de diversas propuestas, pero no hablo sólo de la gente mi generación, es un trabajo que empezó a impulsarse generaciones atrás.

 

Precisamente en los 90 también surge una generación muy prolífica de creadores de arte contemporáneo, cuyo nombre sigue presente en los escenarios nacionales e internacionales…
La generación de los 90 fue una generación muy activa y fuerte. Queda claro que una sola persona no hace los cambios, se trata de trabajo en conjunto, de participantes en diversos escenarios, de un grupo que finalmente logra que se active un engranaje que evoluciona con otros lenguajes para que las cosas puedan moverse. Fue una generación muy activa donde además surgieron muchos espacios alternativos donde se favorecía este tipo de discusiones y actividades en torno a ellas, como Temistocles 44 y La Panadería, entre otros. También estaba El Taller de los Viernes, que no era precisamente un espacio, sino un ambiente de creación y diálogo. En todos estos espacios se discutía y experimentaba con lo que estaba sucediendo. También surgieron espacios de curadores, críticos e historiadores de arte, como Curare (1991-2010). Este tipo de iniciativas ayudaron a jalar el carro y a que se profesionalizara la escena con un diálogo más rico que la hiciera crecer y madurar.

 

Vemos un panel predominantemente masculino en los principales puestos de gestión de Art Basel Miami. En este contexto, su presencia como una de las principales curadoras de la feria, se subraya. ¿Qué tan complejo sigue siendo acceder a estos circuitos?
Las cosas cambian siempre de un contexto a otro, pero creo que sí hay una presencia mucho más fuerte de mujeres en términos generales y a distintos niveles. En el medio del arte ha habido un esfuerzo por darle más espacio a las mujeres artistas, algo que estaba muy pendiente. En el caso de posiciones de gestión institucional, yo creo que siempre hubo muchas mujeres, han estado ahí, lo que pasa es que no se ha valorado ese trabajo y esas posiciones como tales. En nuestro país, la historia del Museo Tamayo es testimonio de esto a través de la gestión de diversas mujeres, como Cristina Gálvez, Carmen Cuenca o Sofía Hernández, es decir, en este tipo de trabajo hay muchas mujeres con aportaciones importantes, pero creo que es una labor que quizá falta ponerle peso histórico para revalorizar y poner las cosas en el lugar que merecen.

 

Performance de Maria Jose Arjona. FOTO: Berenice González Durand

 

Es el tercer año que cura el proyecto Meridians de Art Basel, que le apuesta a proyectos de gran formato. ¿Qué dificultades le impuso la pandemia para poder posicionarlo?
Meridians empezó en 2019, prácticamente en prepandemia. Hubo una interrupción después de la primera edición, así que había que posicionarlo con más fuerza, pero costó trabajo. El año pasado empezó a regresar la gente a toda la feria y este año se logró articular todo más en forma. Se presentaron 20 proyectos en la edición 2022: 18 adentro y dos afuera del espacio del Centro de Convenciones. Dos de estos proyectos son performances; se ha logrado variar un poco el perfil de los proyectos que se presentan.

 

El gran formato va más allá del espacio…
Exacto, esta idea de formato no es sólo una cuestión de escala, sino de pensar en cómo se puede expandir una obra de arte. Justo ahí es donde entran las piezas en video o de performance que no sólo se extienden en el espacio, sino en el tiempo, como el caso del performance de María José Arjona, artista colombiana que empezó estudiando danza y luego se convirtió en artista visual. La pieza consiste en una silla suspendida de forma horizontal y ella se sienta en ella a lo largo de tres horas. Su cuerpo va tomando distintas posturas y va cediendo a su propio peso. La idea detrás de la pieza es explorar la relación entre escultura y performance, entre cuerpo y espacio: el efecto que el tiempo tiene sobre esta relación, como una forma de esculpir el organismo.

 

El cuerpo femenino, con su fuerza y diversidad, es algo que se muestra en muchas de las piezas de la sección que curaste, pero este territorio corporal tampoco se puede desligar de la violencia, un tema que siempre ha estado presente y que ha sido explorado de muy diversas formas a través del arte, pero pareciera que es un tema cada vez más cercano en muchos niveles. Más allá de visibilizar algo que sabemos presente, ¿de qué forma el arte nos puede colocar en otro camino para observar esta relación cuerpo y violencia?
Definitivamente es un tema muy importante y en México cada vez más apremiante. Creo que el arte nunca va a ofrecer una solución, pero a lo que puede aspirar, y es una de sus funciones, es a generar conciencia y a generar otro tipo de conocimiento. Precisamente una de las piezas que se seleccionó es de una artista norteamericana, Erin M. Riley, una pieza textil monumental de tapices de lana teñidos a mano. Es una obra medianamente autobiográfica para la cual ella utilizó no sólo fotos propias, sino extraídas de diferentes medios: periódicos, redes sociales. Son imágenes en las que se hace alusión a la violencia de género, a la violencia sexual, situaciones que se ejercen sobre el cuerpo femenino y este cuerpo a su vez se muestra también como portador de ciertas fragilidades, por ejemplo cuando pasa de la pubertad a la edad adulta. Se trata de generar conciencia alrededor de eso.

 

Además de las ediciones de la feria en Basilea, Hong Kong y Miami, hay una nueva edición de Art Basel en París. ¿Imagina una en México?
No creo que realmente tuviera sentido. Tenemos una MACO con más de 20 años de historia, una feria muy fuerte que ya tiene su público nacional e internacional. Con ese contexto, no sería necesaria.

 

Actualmente, ¿cuál cree usted que es el papel de México en los mercados internacionales del arte?
México es parte del mercado internacional. Es un elemento más, pero apoyado con la presencia de galerías muy fuertes que se han posicionado en el país a través de una historia de 20 o 30 años. También a estos circuitos se ha sumado la presencia de galerías jóvenes que han surgido en los últimos cinco años generando nuevas cosas, y esto tiene correspondencia con que también está surgiendo una nueva generación de artistas muy poderosos. Todo esto va de la mano para generar un mercado de arte fuerte al interior del país, pero también un mercado al exterior, como parte de los circuitos internacionales que abren puertas y permiten que sucedan intercambios de visiones y muchas otras cosas.

 

La pandemia se abre como un capitulo histórico para todos. ¿Cuáles consideras que son las cosas positivas y negativas que le aportó al arte, desde el punto de vista de los creadores, pero también de los mercados que mueven sus piezas? ¿Qué sucumbió y qué se revitalizó?
Creo que aún es pronto para una evaluación, pero como todo, no sólo en el arte, la pandemia significó un frenón brutal que nos sorprendió a todos, algo que afectó a instituciones, mercados y artistas. Creo que para que la escena sea sana, creciente y pujante a todos niveles, necesitamos todos de todos: de buenos artistas que necesitan buenas galerías, que a su vez requieren coleccionistas e instituciones privadas o públicas que conserven y gestionen este patrimonio. Necesitamos de todos ellos para seguir operando y que haya un diálogo fructífero. Las afectaciones de la pandemia se dejaron sentir a todos niveles. Están volviendo las cosas a lo que eran antes, quizá no a lo que conocíamos, pero están volviendo a operar, a funcionar. Seguramente habrá cambios, pues la pandemia nos ayudó a generar conciencia en muchos niveles: social, ecológico…y todo se verá reflejado a la larga, tanto en la creación de los artistas, como, espero, en todo lo que nos rodea.

 

FOTO: Magalí Arriola desarrolló un programa para la difusión del arte contemporáneo en América Latina durante su participación en Kadist Lead Curator for Latin America/ Cortesía Miami Art Basel

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