“Mi trabajo se trata de solucionar problemas” 

Ene 16 • Conexiones, destacamos, principales • 5461 Views • No hay comentarios en “Mi trabajo se trata de solucionar problemas” 

POR JAVIER ELIZONDO

 

Entrevista con Lance Wyman

 

“Creo que las cosas complicadas pueden ser organizadas. Pueden ser organizadas por medio de imágenes; pueden ser organizadas por medio de sentido común; pueden ser organizadas, ¿sabes?, por medio de pura estrategia visual. Cuando existe la voluntad de mejorar algo que obviamente está tan jodido… eso es lo más importante, tiene que haber voluntad de hacerlo”.

 

El auto se detiene en un semáforo entre la colonia San Rafael y la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México. En cualquiera de los muchos semáforos entre esos dos puntos. Durante el trayecto guardamos mucho silencio. No es tan fácil trabar una conversación con alguien cuando la mitad de las cosas que quieres preguntarle las ha contestado ya miles de veces.

 

—¿Te gusta la ciudad de México?

 

—Amo la ciudad de México. La ciudad de México, todo México es… tienes el ingrediente mestizo y probablemente sea el único lugar del mundo que tiene eso. Es único, es sólido. Cuando llegué aquí mi primera impresión fue: “Guau, Nueva York es un bebé comparado con la ciudad de México”. No es difícil darse cuenta de eso. Sentía que venía de una de las ciudades más dinámicas del mundo y que era un bebé. Era una sensación extraña, pero así era.

 

Y de repente:

 

—Y eso es lo que tienen aquí, un alma enorme. Creo que el alma mexicana es el alma de mi trabajo en muchos sentidos.

 

Quien contesta las preguntas es Lance Wyman, diseñador gráfico. Hace 45 años diseñó el logotipo de unas olimpiadas que sirvieron de prolegómeno a una de las revueltas más significativas del país: México ’68. Ese mismo año, Wyman también ideó esa narración extraordinaria, que ya va en 12 líneas, llamada Sistema de Transporte Colectivo Metro. El logo es su culpa y “consiste en tres líneas que penetran un cuadro para formar la letra “M”. El cuadro es una referencia al Zócalo, que es el centro social, histórico, político y espiritual de la ciudad de México. Las tres líneas representan las primeras tres rutas del Metro que se trazaron en la ciudad. La esquina redondeada en el ángulo superior derecho del cuadro genera una figura de fondo para los símbolos de las estaciones.” (1)

 

Y es el responsable de que las estaciones, cada una de ellas, estén encargadas de sí mismas:

 

“Cada estación está identificada por un símbolo distinto, un elemento representativo del lugar que puede identificarse en cualquier idioma.” (2)

 

No es muy arriesgado decir que Wyman es uno de los inventores de la ciudad de México tal cual la conocemos hoy en día.

* * *

—Casi no teníamos idea de qué tan importante era eso porque nosotros estábamos en el Comité Olímpico; estábamos distanciados de todo eso.

Wyman formaba parte de un equipo liderado por Pedro Ramírez Vázquez cuando llegó el Día D del ’68.

—Un día llegué a casa y mi esposa me dijo: “Vi tanques en las calles”. Y yo pensé: “Dios, hay tanques en Reforma”. Y cuando sucedió lo de Tlatelolco fue un pinche desastre para todos. Cortaron a la prensa. Toda la prensa internacional cooperó para que no se convirtiera en algo público porque no querían matar las olimpiadas.

Lance Wyman es gringo. Nació en Newark, Nueva Jersey, en 1937; creció cerca de un río y se le puede ver sonriendo en medio de un grupo de otros gringos, empleados de General Motors, en una fotografía fechada en 1959. El día en que se redacta este texto es día en que a Wyman le cuesta trabajo pedir una carne asada y un tequila en español. En serio, ni una jota de buen castellano habla el cabrón. Sin embargo, difícilmente se podría uno topar con alguien que entienda a la ciudad de México tan bien como él.

—Yo pensaba: “estoy trabajando para el gobierno y ellos están matando muchachos”. Nunca me sentí mal por que los chicos usaran mis imágenes porque era una declaración anti-gobierno muy poderosa. Siempre me sentí un poco sucio, supongo. Tiempo después di una plática en la UNAM y el director de la escuela de diseño me dio el libro [Imágenes y símbolos del 68. Fotografía y gráfica del movimiento estudiantil] y se disculpó. Dijo: “Apenas podemos hacer esto en 1985 porque el gobierno no nos dejaba publicar este libro, pero quiero agradecerte personalmente porque yo era uno de los estudiantes en las calles… quiero agradecerte por haber creado un lenguaje que podíamos usar”. Y yo empecé a llorar. No podía controlar mis emociones. Le di las gracias pero no podía hablar con el público, porque esto pasó frente a todo el público. Fue una experiencia muy poderosa, como una limpieza.

 

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Wyman ha mirado hacia esta ciudad durante más de 40 años. No es su ciudad favorita, aclara, pero sólo porque es una categoría que él no tiene en mente.

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—Yo soy un chico de ciudad. Me encanta que las ciudades funcionen, que sean capaces de funcionar, digo, con millones de personas. Hay una suerte de energía positiva que tiene que existir para que eso funcione. Creo que siempre he tenido esa sensación con mi trabajo: si haces algo que funciona y la gente se puede relacionar con eso… Suena a mamada, pero no lo es. Es muy, muy real.

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En 2014 se inauguró, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), la exposición “De ida y vuelta: iconos urbanos” con el trabajo de Wyman: Ese año también se publicó el libro Lance Wyman. México (MUAC, Editorial RM), y en 2015 salió Lance Wyman: The Monograph (Unit Editions), el primer gran volumen sobre la obra de Wyman.

 

Esa breve ficha curricular, con todo lo afortunada que es, merece un poco de atención: el libro del MUAC es el primer libro dedicado a la obra de Wyman y la exposición fue rechazada, dos veces, por el mismo MUAC, además de por el FONCA, también en repetidas ocasiones. La razón, al menos en el MUAC: el diseño gráfico no era arte contemporáneo.

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—No soy ingenuo. He trabajado en muchas ciudades, y he hecho muchas cosas, específicamente, en transporte público. Hay mucha política, muchos intereses, pero el chiste es que funciona y la gente lo adopta, y eso es todo lo que puedes lograr.

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En 2009, Felipe Orensanz, co-fundador del despacho de arquitectura y urbanismo Zooborbia, buscó a Wyman después de encontrar que no había ni publicaciones ni exposiciones del emblemático diseñador. Ni siquiera le quedaba muy claro si seguía vivo o no. Un día después comenzaron una correspondencia que tendría su primer resultado en enero de 2011, cuando el MUAC, por medio de Zooborbia, accedió a traer a Wyman para dar una conferencia magistral en el auditorio del museo. Llegaron alrededor de 1,000 personas y el aforo era de 300. Para no haber clasificado como artista contemporáneo en un principio, no le fue nada mal.

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Fue hasta 2012 cuando, ya con Cuauhtémoc Medina en la silla de curador en jefe del museo, el MUAC aceptó la exposición, no necesariamente porque su visión fuera distinta de los anteriores curadores sino porque “entendía que se tenía que hacer”. La revista Hyperallergic la incluyó en su lista de las mejores 10 exposiciones de 2014 y fue una de las más visitadas en la historia del museo. De nuevo, nada mal. A partir de entonces, Wyman ha andado bajo un reflector necesario. “De ida y vuelta”, después del MUAC, se fue al Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) y la editorial inglesa Unit Editions publicó The Monograph.

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—Cuando digo que [la mexicana] es el alma de mi trabajo, quiero decir que la cualidad humana que he podido poner en mi trabajo sale de la cualidad humana que encuentro trabajando aquí. Todo mi trabajo se trata de solucionar problemas o de hacer declaraciones que comuniquen algo; si no comunican nada, entonces la cagué. Y parece que aquí puedo comunicarme porque yo hablo un lenguaje visual, o me comunico con un lenguaje visual, que la gente aquí honra mucho más.

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(1) Lance Wyman. México, MUAC, Editorial RM, 2014

(2) Ibidem.

 

 

*FOTO:  Para los logotipos del Metro de la Ciudad de México, Wyman tomó elementos de los barrios cercanos a las estaciones/Especial.

 

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