Tiempo de miedo: la fuerza de la palabra

Ene 31 • Escenarios, Miradas • 4319 Views • No hay comentarios en Tiempo de miedo: la fuerza de la palabra

 

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Gabriela Ynclán (México, D.F., 1948) en la obra Tiempo de miedo confirma su fe en la palabra. Se trata de un texto teatral en el cual la autora se desliza por el realismo mágico, para revelar el misterio de una realidad cruda: la violencia en contra de las mujeres.

 

La dramaturga propone un diálogo con una sociedad que no sólo atestigua sino protagoniza los hechos de crueldad contra las mujeres, en un sistema en el que son consideradas inferiores a los varones.

 

Ynclán —autora de obras como Nomás que salgamos, Coreografía, Escaleno, Humor de amor y El conjuro—recurre a la forma de hablar de la gente de pueblos alejados de las grandes urbes, para contar una historia que, no obstante buscar una identidad mexicana, resulta de actualidad y es universal.

 

La autora pertenece a la pléyade de dramaturgos que construyen historias en las que no hay artificio que distraiga la atención de lo esencial: el ser humano. Es la palabra el eje del oficio de la dramaturga y el poder que le otorga al verbo es fundamental para construir un teatro conmovedor.

 

Tiempo de miedo ocurre en un camino que se antoja alejado, en medio de la nada; cerca, quizá, de un pueblo triste y devastado. En ese punto espacio-temporal, en donde se encuentran Amanda (Susana Romero) y Rosario (Gloria Obregón), se desarrolla la historia: síntesis de una realidad cultural cuya vigencia es dolorosa.

 

El humor negro como una de las cualidades de la obra, subraya lo siniestro de lo narrado: la historia de varias mujeres que fueron compradas a sus padres quienes, en la miseria, no dudaron en entregar a sus hijas al hombre que las mantendría en su casa, junto con su esposa, para su “uso” personal.

 

Edna Ochoa (México, D.F., 1958) dramaturga, poeta y narradora, es la directora ideal para llevar a la escena esta obra. Conocedora del poder de la palabra, la creadora decide poner a los actores y el artefacto escénico al servicio del texto.

 

Las actrices Susana Romero (Amanda), Gloria Obregón (Chayo), Sylvia Mejía (Esther) y Gloria Andrade (Ethelvina), crean personajes entrañables y perturbadores. Una actuación de emoción contenida, que va in crescendo, hasta conseguir una catarsis liberadora.

 

Tanto la dramaturgia de Gabriela Ynclán como la propuesta escénica de Edna Ochoa están lejos de las líneas estéticas de moda en el teatro contemporáneo. En este montaje no hay juego de artificio tecnológico, ni los actores tienen que ponerse de cabeza para contar la historia, tampoco es necesario llenar el espacio con escenografía aparatosa.

 

Se trata de un teatro que apuesta a la imaginación como cualidad humana. Ese espacio no físico, en el que se crean mundos, paisajes, formas y se revela la naturaleza misteriosa de lo humano.

 

En Tiempo de miedo los personajes convocan a los fantasmas de su pasado y así, cada uno, cuenta su historia y la de los demás. El espacio escénico es receptáculo de la palabra y de lo narrado. Nada ahí se “representa”, se dice. Los personajes comparecen en un lugar que parece estar entre la vida y la muerte; en un lugar más emocional que físico, en donde ocurre un ajuste de cuentas, un acto de fe y una recuperación del alma.

 

La puesta en escena es de un minimalismo extremo, de carácter íntimo y confesional. Tiempo de miedo, estrenada en el 2012, es de una compleja sencillez. Su lenguaje es transparente. Sus gestos reconocibles. La historia contada dolorosamente identificable. Una propuesta que enfrenta al espectador, lo incomoda y lo reta a hacer un acto de conciencia.

 

No es la de Ynclán una pieza complaciente. Las cosas se dicen como son, sin trucos melodramáticos. El dolor humano es cosa nuestra o debería serlo. Y lo que la autora propone desde su texto, es denunciar, una vez más, la violencia en contra de seres desprotegidos, en una sociedad en donde el poder y sus abusos gozan de protección e impunidad.

 

La obra se repuso en el Teatro La Capilla, en Coyoacán, espacio abierto a propuestas independientes, que tienen como eje estético la esencialidad tanto en la línea dramática como en la propuesta escénica. Un tipo de teatro que es una alternativa en medio de la gran oferta de espectáculos aparatoso y de moda. En este contexto, Tiempo de miedo logra, sin grandes pretensiones, tocar la conciencia y, porqué no decirlo, el corazón.

 

 

Tiempo de miedo, de Gabriela Ynclán, dirigida por Edna Ochoa, con Susana Romero, Gloria Obregón, Sylvia Mejía y Gloria Andrade, se presenta en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Del Carmen Coyoacán), miércoles a las 20 horas, hasta el 11 de marzo.

*Fotografía:La obra aborda con recursos minimalistas el fenómeno de los feminicidios / Crédito: Cortesía Producción Tiempo de miedo.

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