¡Todos a bailar!

Abr 30 • Escenarios, Miradas • 3112 Views • No hay comentarios en ¡Todos a bailar!

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

A partir de 1982, el 29 de abril fue instaurado como el Día Internacional de la Danza, el cual se celebra con danzas de todo tipo en diferentes partes del mundo. En la Ciudad de México dejaron memoria aquellas jornadas interminables en el Palacio de Bellas Artes, para luego trasladarlas al Centro Nacional de las Artes, convocando a profesionales y amateurs, así como a un público ávido de celebrar el arte de Terpsícore.

En la capital del país, en donde se concentran la mayor parte de grupos, compañías y escuelas profesionales de danza, ha dejado de ser una celebración sobresaliente; pero no así en otras partes de la república, regiones en las que sorprende la energía, el amor y la entrega de hombres y mujeres dedicados, en cuerpo y alma, al arte del movimiento.

 

Mérida, Yucatán, es uno de esos lugares en los cuales la algarabía se desata a la menor provocación. Una ciudad que convoca a bailarines, profesionales y amateurs, provenientes de las más recónditas comunidades mestizas y mayas, quienes en forma seria ofrecen el quehacer que realizan con sus cuerpos bailarines.

 

Desde hace 20 años, Umbral Danza Contemporánea, dirigida por el bailarín y coreógrafo Cristóbal Ocaña, organiza la jornada celebratoria del Día Internacional de la Danza en Mérida, actividad festiva que reúne a las más disímbolas expresiones dancísticas, en una jornada larga, a la cual el público acude festivo.

 

El poder de convocatoria de Ocaña ha posibilitado ampliar el margen dancístico a todo aquel que desee convertirse en bailarín, ya sea de manera profesional o amateur.El único requisito es tener el deseo ferviente de experimentar en el cuerpo el arte del movimiento.

 

Creador de cultura dancística en la península del sureste mexicano, localizada entre el Golfo de México y el Mar Caribe, Cristóbal Ocaña llegó con su propuesta dancística. Como coreógrafo y bailarín enamoró a los públicos de las comunidades mestizas y mayas de Yucatán, y poco a poco logró convertirse en pilar de la danza mexicana.

 

Una de las cualidades del movimiento dancístico que Ocaña ha emprendido en Yucatán es precisamente el de abrir el arte coreográfico a todo tipo de personas y, sobre todo a los grupos vulnerables, a quienes por razones de pobreza, violencia y discriminación, se les ha privado de casi todo: menos de sus cuerpos.

 

Cristóbal Ocaña ha conseguido que jóvenes de Izamal, Yucatán, se integraran por algún tiempo, en un grupo, y experimentaran seriamente el arte escénico, alejándolos de las calles, en donde la única opción de entretenimiento es el alcoholismo galopante. También se ha acercado a un refugio de mujeres violadas, jóvenes que son apoyadas para volver a integrarse a la sociedad, una vez recuperada su autoestima. Una de las herramientas para devolver la alegría a esos rostros victimizados por la violencia de género ha sido la danza.

 

Al coreógrafo, nacido en Chetumal, Quintana Roo, en 1966, no le han importado las etiquetas, ni las diferencias de estilos dancísticos y mucho menos los prejuicios en relación con los cuerpos académicamente considerados “aptos para la danza”. Para él todo cuerpo humano puede y debe experimentar, alguna vez, el arte del movimiento. Movimiento que es vida, energía y conocimiento indispensable para comprender el lugar que se ocupa en el mundo.

 

Así ha logrado llenar los teatros de Mérida, a los que el público acude masivamente a ver danza clásica, contemporánea, bailes de salón, rumba, danzón, jarana yucateca, tap y mambo, entre otros estilos. Pone sobre un mismo escenario a bailar a profesionales y amateurs, a alumnos de escuelas profesionales y academias, y a hombres y mujeres que acuden, orgullosos, a presentar danzas tradicionales a la capital yucateca. Las fronteras se rompen con un solo fin: celebrar a Terpsícore. Ampliar el territorio dancístico y permitir que todos, en un solo cuerpo social, bailen.

 

La Compañía Umbral Danza Contemporánea, dirigida por Cristóbal Ocaña, celebró la vigésima edición del Día Internacional de la Danza en el Teatro Daniel Ayala, en Mérida, Yucatán, en dos jornadas, el 24 y 25 de abril. Cumplió una vez más con el compromiso de generar cultura dancística en el país y, sobre todo, sumó cuerpos en un escenario convertido en territorio libre a través del arte del movimiento. Todos unidos por la danza.

 

*FOTO: La Compañía Umbral Danza Contemporánea, dirigida por el bailarín, coreógrafo y maestro Cristóbal Ocaña, realizó la vigésima edición del Día Internacional de la Danza, en el Teatro Daniel Ayala, en Mérida, Yucatán, el 24 y 25 de abril, en la que participaron grupos de diferentes estilos dancísticos, integrados por bailarines profesionales y amateurs. En ese marco, se entregó el reconocimiento a la Trayectoria Artística a la maestra de danza cubana Aniuska Torres Santana, quien ha formado a varias generaciones de bailarinas clásicas en la región peninsular/  Cortesía: Compañía Umbral Danza Contemporánea.

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